06 febrero 2007

Buchenwald memorial

El sábado fuimos de visita a el memorial Buchenwald, que está a unos diez kilómetros al norte de Weimar. Buchenwald fue un campo de concentración construido en julio de 1937. Su uso fue primeramente de campo para prisioneros políticos pero según fue avanzando la guerra se extendió el espectro de los prisioneros hasta que al final de la guerra el 95% eran extranjeros. Aunque no era directamente un campo de exterminio los recluidos si que sufrieron la explotación en la industria militar, la experimentación biológica y química sobre sus cuerpos, las ejecuciones indiscriminadas y los asesinatos en masa. Hasta la llegada de las tropas americanas el 11 de abril de 1945 más de 250000 personas habían sido recluidas en Buchenwald, más de 50000 no salieron de allí nunca. Pero la historia no acabó ahí, de 1945 a 1950 las tropas soviéticas usaron el mismo campo como centro de internamiento, para 28000 internos de los que más de 7000 perecieron debido a la desnutrición y el abandono, y acabaron en fosas sin nombre, ahora marcadas en un bosque alrededor del campo.

A la entrada del campo estaba esta puerta con el lema que dice 'A cada uno lo suyo'.

De las alambradas y las 22 torres de vigilancia solo quedan dos.

Y de los barracones no queda nada, más que los cimientos marcados con piedras negras para el recuerdo, y algún edificio reconstruido para la memoria.

En el campo se encuentran diversos monumentos de recuerdo a las victimas del campo, de todas las nacionalidades, a las victimas del campo especial, donde les separaban para dejarles morir, o recordando todos los campos que los nazis dispusieron por Europa.

Pero una de los edificios que más impresiona es la reconstrucción del crematorio, las salas de patología y de ejecución. Terrible.

El campo también cuenta con una exposición permanente que explica lo que aconteció, y con una sala donde se proyecta una película con testimonios. Todo muy impresionante. Y dejando a lado como la visita te deja tocado y eso que la presencia del campo en si es más de recuerdo que de verlo de verdad. Pero da mucho para pensar y reflexionar, pero no aquí ni ahora. Decir eso sí, que una de las sensaciones que queda al salir es la de un profundo cabreo, rabia, impotencia...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Dificil comentar algo hoy... simplemente, mare de deu senyor...

Anónimo dijo...

Meravellosa l’espècie humana….No deixarà de sorprendre’m els nivells de crueltat que pot assolir... i la seva capacitat d’ensopegar-se cinquanta mil vegades a la mateixa pedra.
Si existeix la reencarnació, espero reencarnar-me en una ameba.......

Anónimo dijo...

Yo tambien estuve en el campo y la verdad es que las camaras de gas son impresionantes. Si lo ves o te lo cuentan alucinas. Sin embargo sabemos que cosas similares (no digo que iguales, pero si matanzas de inocentes, ej: Ruanda, kosowo...) siguen pasando y nadie hacemos nada, seguimos nuestra vida aislada y solo nos alarmamos cuando lo vemos en el telediario. Cuando este acaba nuestra conciencia se va a dormir. No hablo de todos, pero si de la gran mayoria en la que por desgracia me incluyo.

Sergio

Anónimo dijo...

Quan vaig ser a Auschwitz vaig tenir una sensació similar, d'enorme tristesa i d'incapacitat de comprendre. Terrible.