Un nuevo sábado de degustación, esta vez a hacer el goloso y meternos un menú totalmente a base de postres ricos ricos en el
Espai Sucre. Un restaurante especializado en postres, que ofrece distintos menús de degustación basados en combinaciones dulces. Hay diferentes opciones, y nos decantamos por el menú de gran de 5 postres y tirando la casa por la ventana, con madiraje y todo, que no es baladí lo de acompañar de vinos los postres. El primer plato era 'Fruita de la passió-cafè, "lemon-cress" i sorbet de keffir mentolat'. La fruta de la pasión en una especie de gelatina de fruta rica, combinada con una salta de menta, y esas birutillas como de bizcocho de chocolate, una interesante combinación de sabores. El vino era un vino blanco alemán, pero no recuerdo el tipo exacto, seguro aparece en los comments.
EL segundo uno de los ricos, '"Baba" de vi negre, pera i safrà', acompañado con un heladito y trocitos de gelatina de parmesano y no se que más cositas, rico el tipo de bizcocho empapado de vino, que claramente recuerda a esa merienda que era el pan con vino y azúcar de nuestros padres. Y para acompañarlo un vino dulce de la Terra Alta del 2008 del
Celler Piñol.
El tercero brutal, 'Pastís d’oli d’oliva verge extra, préssec blanc, oliva verda
i San Simón' Una base de bizcocho con aceite, una gelatina y un helado de melocotón blanco, una crema de olivas verdes, y una crema de queso San Simón. Genial el contraste de sabores, sobretodo como se potencian unos a otros. El vino para acompañarlo un
Vi de Gel Gewürtraminer de Gramona, en el Penedés, blanco y dulcito, rico.
El cuarto era una curiosa combinación, 'Tapioca de coco, gelat de rovell cremat i orujo'. EL coco como sabor siempre manda un poco, la gelatina de orujo combinaba de forma extraña, y por encima del helado, birutas de
haba tonka, que le da un aroma más que peculiar. El vino era un
Alvada 5 de Blandy's, un vino tinto, de la isla de Madeira, dulcito como un Porto.
El quinto y último era 'Xocolata amb vinagre, maduixa, menta i pebre'. El helado de fresa correcto, combinado con una espuma de menta, y el chocolate y la galleta con el toque de pimienta, una combinación que funciona muy bien, algo clásica incluso, recordando las múltiples combinaciones a las que uno esta expuesto en las tiendas de helado de tarrina. El vino, un
jumilla de 2006, Olivares, tinto muy dulcito.
Para acabar unas pastas de té especiales, había una bolita de coco, una oblea de sésamo caramelizado bien rica, una especíe de caramelo de café, una nube, un bombón de chocolate ahumado, una galletita de cacahuete al curry y una especie de pastita danesa.
Y para acompañarlo un chupito de manzana amarga con laurel.
La otra opción era hacerse un menú de chocolate en este caso solo tres platos, el primero de ellos el chocolate con fresa y vinagre. El segundo eran unas pequeñas tostaditas con 'Tòfona, mantega, avellana, cacao', realmente rico, el aroma de la trufa y el chocolate, delicioso. El vino para este plato era un blanco húngaro, creo.
El tercero del menú de chocolate era 'Barra energètica de xocolata. Gelat de pa negre, Tanzanie 75% i alfàbrega', la combinación de chocolate y albahaca causo más polémica. El vino para este plato era un
Sherry Lostau East India Solera.
En definitiva, rico y un gusto el cenar solo a base de postres, que además están bien elaborados. Aunque todo este un poco subido demasiado de precio, y luego la forma de expresar los precios sin iva, sin cubierto, sin tal y cual, para calcular el precio final, que al final vas a pagar, tienes que estar haciendo logaritmos, cosa que no tiene sentido, esos detalles hay que cuidarlos. La creación de los platos esta cuidada, aunque quizás las combinaciones no son del todo muy innovadoras, quizás jugar con los dulces sea más complicado, pero en general la base o la esencia de cada plato al final sonaba a algo ya probado o común, otros lo llamarán inspirados en la tradición, que tampoco es que sea malo, pero es un que.