Se acaba otro año de este siglo tan entretenido, y como es costumbre en este blog, ya son diez años, vamos con las listas de tebeos destacados. Como siempre se basan en mis lecturas, que este año han sido algo más de 220 tebeos. Son unos cuantos pero dada la producción editorial no es ni un 10% de lo que sale cada año. Por tanto y como de costumbre no intenta ser un retrato de lo que hay, es más, de ser un retrato lo es exclusivamente de lo que me llama la atención como lector, y eso es particular por definición.
Es decir, que el criterio y la forma es lo de siempre. Y podemos repetir lo de cada año. De hecho la situación del mercado sigue los mismos esquemas que los últimos años. Se edita mucho, y dada la competencia, en general el nivel de calidad medio es alto, a la fuerza si se quiere competir en un mercado tan saturado. Ya no es que los lectores se puedan centrar en un nicho de tebeos, es que ahora, aunque uno tenga un gusto muy concreto, se le hará difícil seguir toda la producción. Eso hace que la competencia por captar al lector sea dura, y si un tebeo no tiene una calidad alta se vaya a comer los mocos. Y aún así. En los últimos años hemos visto muchas primeras obras de autores con una calidad impresionante, incluso ganar el premio nacional, pero que no hallan continuidad, porque a ese nivel de exigencia, pero con el nivel de ventas que hay, lo de los tebeos no sale a cuenta y para ganarse las habichuelas hay que dedicarse a otra cosa, como la ilustración. Y unos pocos lo van combinando con los tebeos. Y unos menos han conseguido consagrarse y pueden vivir de hacer tebeos, en el extranjero más habitualmente, unos menos aquí. Y luego está Paco Roca. Una situación que no es muy diferente en distintos campos creativos.
En fin, que es lo que viendo siendo lo de los tebeos este siglo. Así que en las listas en general se ven dos o tres tebeos comunes en todas, y luego mucha variedad, en función de gustos e intereses. Y eso va ser lo que va a salir aquí, como siempre, los tebeos que me han gustado a mí. Y por tanto no es extraño que sean de autores que ya han estado en mis selecciones.
Como cada año, lista numerada pero sin clasificación. 10 títulos nacionales, tal como entiendo yo que sea un título nacional. Otro 10 de procedencia europea, 5 para los que vienen de los Estados Unidos o del resto del mundo, a excepción del manga, que tiene sus otros 5 seleccionados. Ninguna novedad.
# Nacional
Vamos con las obras que en su autoría y producción influye directamente el hecho de ser hechas aquí. O algo así, vamos que si vives aquí y por primera vez te edita una obra una editorial de aquí en un idioma de aquí es nacional. Y si eres de aquí y haces el tebeo aquí, pensado aquí, siendo una obra personal, pero te buscas la vida para que te editen fuera, es nacional. Y de tebeos nacionales la producción es más que destacable, seleccionar unos pocos se hace difícil, pero vamos a ello:
- ¡Cuídado que te asesinas! de Lorenzo Montatore. Minimalismo pop, lleno de colores vivos y referencias a los clásicos del cómic aquí. Para contar una salida nocturna llena de drogas y peligros en un tebeo con muchas capas de lectura.
- ¡Universo! y el Show de Albert Monteys de Albert Monteys. Buena cosecha de tebeos de Albert Monteys, que está en un momento creativo excelente. Hemos tenido los recopilatorios de sus historias autobiográficas aparecidas en Orgullo y Satisfacción. Y el recopilatorio de esa genialidad que es ¡Universo!, ciencia ficción llena de sentido de la maravilla.
- Nieve en los bolsillos de Kim. El estilo de siempre de Kim para contar su experiencia como emigrante en la Alemania de los 60 y de paso hacer un retrato de toda esa generación que tuvo que buscarse la vida lejos de una España más que gris.
- Los puentes de Moscú de Alfonso Zapico: A partir de la conversación entre Fermín Muguruza y Eduardo Madina, Zapico traza con su ágil estilo un retrato de su pasado que pone en contexto el conflicto vasco y los puentes de diálogo que se han de construir para asegurar un futuro en paz.
- Picasso en la Guerra Civil de Daniel Torres. Todo un homenaje a los tebeos el que hace Torres en esta historia donde un dibujante español exiliado entra en contacto con Picasso para relatar sus posibles experiencias en la Guerra Civil. Tebeos dentro de tebeos, cambios de estilos y una planificación milimétrica.
- Rey Carbón de Max. Minimalismo extremo, referencias clásicas para trazar un hilo de historieta que reivindica los tebeos, que bebe de muchas fuentes que Max destila hasta la pura esencia de un hilo narrativo que puede que no tenga ni origen ni final.
- Poulou y el resto de mi familia de Camille Vannier. Con su personal estilo de ilustración y con unos textos que van rodeando los dibujos Vannier relata la vida de su familia, centrándose en su abuelo, hombre de negocias, que estuvo en lo más alto y lo más bajo. Y así refleja toda una clase social y una época en Francia.
- Pulse enter para continuar de Ana Galvañ. Ejemplo del cómic más de vanguardia, con recursos y colores fuera de lo común, dando forma a una serie de historias de ciencia ficción de futuro cercano para reflexionar sobre la sociedad actual. Una virguería.
- Siete sitios sin ti de Juan Berrio. La delicadeza y el ingenio de Berrio en una historieta en la que ha estado trabajando durante tiempo, según él su primera historia larga triste, al relatar una ruptura. Aunque Berrio es Berrio, y el vitalismo y el optimismo de recuperar la vida no pueden evitar filtrarse en sus páginas. Berrio ha estado muy activo este año, con muchos libros ilustrados, entre ellos cabe destacar también En Construcción, un libro que con mucho rigor explica paso a paso la construcción de un edificio, y hay mucho de tebeo en sus ilustraciones.
- Troll Corporation y Divas de diván de Carmen y Laura Pacheco. Dos recopilatorios del humor que despliegan las hermanas Pacheco, el primero con sus historietas en Orgullo y Satisfacción, donde contaban con humor las maldades del neoliberalismo empresarial aplicado a internet. El segundo son sus clásicas divas, y su glamour llevado al extremo de la carcajada.
Y son 10 que son 12, que la lista es mía y me la... Y podría haberla hecho el doble de larga, porque la cantidad de producción autóctona de calidad es apabullante. Sin problemas se pueden añadir, la historia de mafiosos en colores básicos del
Método Gemini de
Magius.
Fellini en Roma de
Tyto Alba, con un retrato del director italiano en preciosas acuarelas. La denuncia del trato a las víctimas del accidente de metro en Valencia de
El día 3 de
Cristina Durán, Miguel A. Giner y Laura Ballester. El viaje casi cubista de
Budapest de
Chema Peral. El optimismo vital ante las consecuencias sociales de la crisis en
La furgo de
Ramón Pardina y
Martín Tognola. La reconstrucción personal pasados los 30 de
Desastre de
Mamen Moreu. O ese homenaje a los tebeos que es el metacómic
Máculas de
Jordi Pastor y
Danide. Esa preciosidad de línea clara llena de clasicismo y pop que es el
Black Holes de
Borja González. O las aventuras multitemporales de esa filigrana que está tejiendo
Luis Durán en
Orlando y el juego. Otra pieza de la trilogía negra de
Antonio Altarriba y
Keko, con
Yo, loco y su golpe a la industria farmacéutica. El entretenido thriller con escenario histórico de
Los enciclopedistas de
José A. Pérez Ledo y
Alex Orbe. O la vanguardia más colorista del
Cenit de
Maria Medem. Y como no, la nueva aventura del imbatible e indispensable
Paco Roca, que junto a
Guillermo Corral presentan
El tesoro del Cisne Negro. Y así puedes estar rato y rato sacando obras de aquí que dejan muy buen sabor de boca
# Europeo
- Röhner de Max Baitinger. Líneas geométricas como en unas instrucciones de Ikea, estilo frío de línea precisa para relatar con mucho humor la historia de un personaje obsesivo compulsivo y una visita inesperada. Humor germano.
- Martha y Alan de Emmanuel Guibert. Una pequeña anécdota de la vida de Alan Ingram Cope convertida en una delicada historia de primer amor, otra filigrana entre el cómic y la ilustración de Guibert.
- La abuela Meti de Aapo Rapi. Formato apaisado para unas tiras que no respetan un diagrama único, y con colores de rotuladores Carioca, Rapi relata anécdotas de su abuela Meti en la Finlandia rural, una delicia llena de humor nórdico.
- Andy. Una fábula real de Typex. Una superproducción en tebeo, más de 500 páginas para contar la vida personal de Andy Warhol, y de paso el reflejo de lo que fue la cultura en los Estados Unidos de la segunda mitad del siglo XX. Diez capítulos cada uno con un estilo gráfico adecuado a la época que relatan.
- El hombre garabateado de Serge Lehman y Frederik Peeters. Una historia negra con tintes fantásticos y protagonistas femeninas, que mantiene al lector enganchado y en la que el dibujo de Peeters no defrauda, como de costumbre.
- Los cuadernos de Esther. Historias de mis 12 años de Riad Satouf. Nuevas historias de Esther, que con 12 años tiene cada vez más conciencia de la política y el entorno de los adultos. Todo un retrato sociológico el que construye Satouf a partir de las anécdotas de Esther, que no baja el listón.
- Guantánamo Kid La historia verdadera de Mohammed El-Gorani de Alexandre Franc y Jérôme Tubiana. Duro testimonio de la vida de uno de los presos de Guantánamo, atrapado en un laberinto sin salida a penas con 15 años. El dibujo acompaña perfectamente este relato que presenta los hechos y deja al descubierto la parte más oscura de Occidente.
- Gus 4. Happy Clem de Christophe Blain. Nuevo capítulo de las aventuras de los bandidos del oeste de Blain, con sus familias, sus negocios y su necesidad de volver a la llamada de lo salvaje. Y el dibujo de Blain, que es una maravilla, siempre.
- El fruto prohibido de Liv Strömquist. Una revisión de la historia de la vagina desde un punto de vista feminista, muy divulgativo, con mucha información pero también reivindicación y humor de parte de esta autora sueca.
- El gato del rabino 6. No tendrás otro Dios aparte de mí de Joann Sfar. Un nuevo episodio de una de las series más populares de Sfar, nuevas aventuras del gato y sus dueños, siempre con reflexiones en torno a la religión, el amor y el sexo. Joann Sfar sigue siendo tan certero como de costumbre.
El mercado franco belga sigue siendo fuente de muchos tebeos interesantes, aunque quizás no haya esa gran obra novedosa que rompa. Por otro lado cada vez es más fácil ver tebeos de otras procedencias. Y siempre hay más cosas, como las aventuras de Spirou en
La mujer leopardo de
Schwartz y Yann, el cuento moderno de
Belleza de
Hubert y Kerascöet, la entrega final de la relación de USA y Oriente Medio en la tercer parte de
Los mejores enemigos de
Jean-Pierre Filiu y David B. El thriller violento del duro
Tyler Cross 3. Miami de
Nury y Brüno. Y de otros lados, esa historia que mezcla lo medieval y la psicodelia que es
La danza de los muertos de
Pierre Ferrero. La divulgación neurológica de los
Sentidos de
Matteo Farinella, la delicadeza de los detalles de estar enamorado de
Philippa Rice en
Soppy o la reivindicación de los derechos laborales de la polaca afincada en Suecia
Daria Bogdanska en
Esclavos del trabajo. Un continente con mucho tebeo bueno y variado, para todos los gustos.
# América
- Lo que más me gustan son los monstruos de Emil Ferris. Sin duda el tebeo del año, más que merecidamente premiado por cualquier lugar donde ha sido publicado. La historia de una niña aficionada a los monstruos en los años 60 de una Chicago llena de conflictos raciales, y con una vida de barrio nada sencilla. Pura maravilla.
- Berlin 3. Ciudad de luz de Jason Lutes. Tras más de 20 años la esperada conclusión del relato coral sobre el Berlin de los años 30 de Jason Lutes. Línea clara para poner en contexto el alce del fascismo en aquella época, que tiene una nueva lectura en estos tiempos.
- El príncipe y la modista de Jen Wang. Un cuento clásico para todas las edades adaptado a las nuevas realidades de este siglo: personajes femeninos empoderados, conflictos de género tratados con naturalidad, y final feliz. Todo con un estilo muy cuidado y con una historia que atrapa y funciona de maravilla.
- Groo. Amigos y enemigos de Sergio Aragonés. Somos fans de Aragonés, el dibujante que puede con todo, y este recopilatorio que es un repaso a todos los grandes secundarios de su serie no podría otra cosa que entusiasmarnos.
- Poochytown de Jim Woodring. Nueva entrega del siempre hipnótico universo sin palabras de Woodring, con las aventuras llenas de filigranas y surrealismo del gato y sus compañeros.
Y a pesar de mi falta de lecturas de superhéroes y demás cómic mainstream, no se puede con todo, hay que considerar que lo que viene del otro lado del Atlántico no deja de ser interesante, como la fantasia zen de
La sociedad de los dragones de té de
Katie O'Neill, o esa figura del underground que sigue la tradición del comic alternativo más noventera que es
Noah Van Sciver, y su
Saint Cole.
# Manga
- Atelier of Witch Hat de Kamome Shirahama. Un argumento de escuela de magia clásico, con tramas no muy complicadas, un dibujo precioso, y una sencillez que sin embargo funciona como un tiro y atrapa en la lectura. Un plato con ingredientes y receta clásica pero que da un tebeo muy fresco para todas las edades.
- El club del divorcio. Historia de una geisha. Una mujer de la era Shôwa (con Ikki Kajiwara) de Kazuo Kamimura. Las historias de Kamimura, con ese dibujo que da una nueva dimensión a la expresión de sus protagonistas femeninas, con una delicadeza por sus sentimientos y su resistencia, siempre expuestas al lado más amargo de la vida. Un clásico del manga indispensable.
- Nejishiki de Yoshiharu Tsuge. Otro de los clásicos más influyentes y menos populares, un nuevo tomo de Tsuge siempre es motivo de celebración. En esta ocasión con un Tsuge menos accesible, más onírico, con historias cortas llenas de violencia y sexo malsano.
- Obscenidad de Rokudenashiko. La artista que fue encarcelada por hacer modelos de su coño relata en este manga su experiencia con la justicia nipona con un dibujo sencillo y muy kawaii. Lo que más sorprende del libro es el retrato del funcionamiento de la ley en Japón.
- Ulna en su torreta de Izu Toru. Una guerra de la que no se conocen los motivos, un grupo de mujeres luchan en un ambiente extremo contra un enemigo deshumanizado. Fantástico manga antibélico con un giro en el último tomo aparecido que nos tiene intrigados.
Y de manga siguen saliendo muchas cosas, y uno nunca sabe si acierta en seguir las series que escoge, y la sensación de que alguna maravilla se está escapando por ahí. Pero cada vez podemos disfrutar de más clásicos que nunca como Kamimura y Tsuge, pero también del
Kitaro de
Shigeru Mizuki, o los
Pescadores de la medianoche de
Yoshihiro Tatsumi, el terror de
La isla de las pesadillas de
Hideshi Hino, y
Mi vida sexual y otros relatos eróticos del rey del manga
Shotaro Ishinomori. Y la obra póstuma de
Jiro Taniguchi,
El bosque del milenio. O manga más alternativo como
Mi experiencia lesbiana con la soledad de
Kabi Nagata. Y seguimos disfrutando como enanos con
Golden Kamuy de
Satoru Noda y
One Punch-man de
One y Yusuke Murata. Y que no nos falte un nuevo tomo de
Yotsuba! de
Kiyohiko Azuma para redondear el año.
Y así queda resumido otro año de cientos de lecturas tebeíles. Otro año bien surtido, y con calidad suficiente para que los tebeos sigan ganando peso en la cultura popular y puedan ampliar su espacio. Nosotros seguro seguiremos leyendo y hablando de tebeos el año que viene.