28 noviembre 2008

Detalles

No había mejor número para la matrícula del coche? Hay un mensaje oculto? Que sectas se encuentran en los centros comerciales de Jena...

Y en las obras bien tapaditas, pero como la gente es como es, y los alemanes son como son, ponen estos agujeritos para que eches un vistazo, bien indicados...

Y con esto y una rumbita de los Azucarillos Kings, seguimos ya para el mes de la cuenta atrás...

26 noviembre 2008

Más cerca

Más cerca de lo que parece. Ya están aquí. Se huele. Se ve...

De momento, ya tenemos en marcha el Weihnachtsmarkt en Jena, su vino caliente y sus cosillas...

24 noviembre 2008

Nieve

Ni frío ni calor...

Todo el día que nieva, ahora sí, ahora no, ahora de nuevo sí...

Caminos blancos sin definir. 
Solo algunas huellas detrás. 
Caminos blancos bajo horizontes grises.

23 noviembre 2008

Hidrantes, dosis n+1

Vamos con otra sesión de hidrantes. Fuera de control ya, su presencia es inevitable, antes de se acumulen en demasía... El primero, pintado de forma curiosa en las cercanías de la Uniklinicum de Lobeda en Jena.

Uno de Leipzig, con escudito de la ciudad y todo, cerca de la plaza del mercado.


Cerca de la biblioteca de la universidad estos modelos de cabeza redonda.


Al lado de los tubos elevados este modelo descuidado.

Y otro modelo de Leipzig, ciudad con muchas posibiidades.

En cambio en Dresden fue más difícil ver alguno interesante, a parte del típico modelo de suelo, y alguno que se escapó en la lejanía para hacerle una foto, no estuvimos muy atentos para poder descubrir alguna belleza oculta.

A Marta si que no se le escapan, los ve en todas partes, de formas variadas, en una estación camino a Ginebra, una manguera, y alé, se activa el chip...

Otro ejemplo en una esquina de Ginebra.

Y luego subes a lo alto a ver los tejados sobre la ciudad de Ginebra, y lo que te fijas es en dos cosas rojas al lado del árbol, una se mueve, un niño con chaqueta roja, la otra roja también no se mueve... Sí, es uno de esos objetos obsesivos...

Este espectacular ejemplar lo capturó Fabio en Padova, y lo subió al grupo de captura hidrantes de Facebook, estamos organizados...

Guille capturó este curioso hidrante en Limburg an der Lahn, y es que hay miles de formas de hidrantear...

La fiebre se extiende, no es que yo quiera, es que se me acumulan...

21 noviembre 2008

Un mes

Fiu, fiu. Como pasa el tiempo. Un mes, y veremos...

Y hoy ha nevado.

Ay, el tiempo, como pasa... Ya hablaremos con más tiempo de esto y lo otro, de momento fiu fiu...

19 noviembre 2008

Verde

Para captar esta imagen hay que ser veloz, muy veloz. Y es que una cosa que en este país no se da es el pensar en los peatones. Los semáforos no durán nada. Siempre a la carrera, siempre acabas cruzando en rojo. Da igual si la calle es ancha o estrecha, si esta en el oeste o en el este, en todas las ciudads en que estado por Alemania lo mismo. En verde dura un suspiro, no da tiempo, ni a la carrera. 

Estás al lado de una abuela, una pierna más retasada que la otra, bastón en la mano, y piensas pobre le costará andar, y lo que está es preparada para salir al sprint en cuanto se pone en verde, impulsándose con el bastón y moviendo las piernas que ni el correcaminos. Y mientrás ves esa salida espectacular y pones el pie en la calzada, ya puedes tirar para atrás, que vuelve a estar en rojo...

Y no se te ocurra cruzar en rojo, pasen o no pasen coches, porque entonces la misma vieja de antes es capaz de darte con el bastón. Te mirán mal, como si fuese el mayor crimen de la historia, no se te ocurra cruzar en rojo, ellos no lo hacen, ni los punkis. Hay que dar ejemplo a los niños. No se puede cruzar en rojo, imposible cruzar en verde. Que paradoja de país. 

Y no es que se ponga  en rojo solo para los peatones, y puedas acabar de pasar antes de que se ponga en verde para los coches. La cosa no va así. A correr. No es país para peatones.

Luego están los semáforos en los que tienes que pedir que se ponga en verde. Pero eso no hay que lo entienda, hay truco seguro, al duración sigue siendo igual de corta, y además ya se potencia el rojo por defecto...

Cruzando la meridiana estaba más tranquilo, y mira tú que...

18 noviembre 2008

Dresden

El domingo a Dresden. Habíamos estado solo paseando una tarde, y quedo pendiente el regreso, para acabarde ver el centro, y algo más que el centro, así pasar el domingo, pues dio tiempo a ver más cositas. Eso sí, paseo turístico total. Arriba un lateral del Zwinger, barroquismo alemán. A contiuación una sesión de foticos, ya saben de que va la cosa...

Detalle de la cúpula de una de las entradas del Zwinger.

Desde la otra orilla del Elba, el Festung Dresden. El río es el mismo que el de Hamburgo, y es navegablem si uno lo piensa es impresionante, y el Ebro tiene agua?
 
El Goldener Reiter, una estatua de 1736 de Augustus el fuerte.

Edificios del pasado comunista en pleno centro, en la Hauptstrasse. Y es que a parte del centro histórico recontruido el pasado del este es bien visible en Dresden.

Y la reconstrucción después de que la dejaran bien aplanada en la segunda guerra también. Esto lo que queda del antiguo altar en la Dreikönigskirche.

Cerca de Alberplatz la estatua de un chivo. Y cerca no había ninguna estatúa de un gitano, ni del casio. Curioso.

Cuando los punkis veas pasar, no te enamores, tonta del haba... Punkis de diseño en Dresden, como cambian las cosas, como serían los punkis en el este de los ochenta?

Un cártel de algo. Ellos sabrán de que, pero el diseño mola...

La entrada al Kunsthofpassage, que son como unos patios interiores adornados por artistas de la ciudad, cada patio a su bola, y con muchas tiendecitas fashion-in, y tal...

Casitas azules con marcos rojos, esto debe ser ya un clásico.

En el patio de los elementos, una de las fachadas es del agua, con esas estrañas cañerías.

La otra fachada es de la luz, y esas plaquitas se ve reflejan el sol sobre la otra fachada que da gusto.


El patio de los animales. Jirafas, monos y los balcones que recuerdan las peliculas de Tarzán.

Otro de los patios, con animalitos hechos de mosaicos.

El barrio en si es de bares y tal, aunque un domingo por la mañana, pues pierde el ambiente. De todas formas en las esquinas no faltan algun graffiti, y stickers...

Albertplatz de nuevo, el edificio del control de tráfico, o así. Graffitis bien arriba, cerca del centro, un edificio buen representante del comunismo.

Y cerca un anuncio que sorprende, porque si no lo hacen al aire libre, cosa poco viable con el fresco que hace, pues no se yo... Alemania del este, lo que has sido y mira el capitalismo lo que te hace... Hay que refundar, sin duda...

Volvemos al centro clásico. La Hofkirche.
 
Una de las esculturas de mitologia bárbara en la Schlosstrasse.

Y otro tipo de mitología, el mosaico en el Kulturpalast, sala de conciertos.

La Kreuzkirche. Dentro todo en blanco, pues no quedo nada en pie, esto es la reconstrucción. En teoría las piedras negras son originales las blancas restauradas...

La torre de 100m de la Neues Rathaus.

Y delante del ayuntamiento, otro ejemplo del pasado proletario de la ciudad.

Las casitas restauradas en la plaza de la Frauenkirche.

Y la Frauenkirche, simbolo de Dresden, piedras blancas, ya saben.

El otro lado del Kulturpalast. Es la belleza de lo feo.

102 metros de mural, paseo de príncipes, el Fürstenzug en los establos reales.

Un detallito.

El pasillo entre el Residenzschloss y la Hofkirche. Ya oscurecía, y eran las cuatro, era momento de ir a una de las cosas que nos habían hecho regresar a Dresden, la visita de la Gemäldegalerie Alte Meister.

Buena colección, sobretodo de las escuelas holandesa e italiana. La obra cumbre del mueso es la Madonna Sixtina de Rafael, que no es famosa por la virgen, si no por los angelitos abajo, mil veces descontextualizados y popularizados... Es curioso verlos en su forma original, vale la pena.

Y el museo en sí también. La colección es buena, con algún Van Dyck, Rembrandt, Bottichelli, Rafael, Velázquez, Murillo, algunas buenas de Canaletto, el tío y el sobrino, y esos me gustán. El sobrino Canaletto estuvo por la zona y hay algunos paisajes de los suyos de Dresden espectaculares. Otras salas eran más aburridas, como esta de retratos franceses. Pero no está mal la colección clásica que tienen.

A la salida, ya no había luz. La Hofkirche de noche, o de tarde...

La ópera de Dresden.

La Brühlsche Gasse, ya preparada para la navidad. Y poco más se veía. Y había que hacer camino, autopista alemana, a oscuras, bajo cortinas de agua y vientos racheados, pero autopista alemana al fin y al cabo.

Dresden, no esta mal, pero no es de mis favoritas. Pero visitarla vale la pena.