Otro tópico, el día que hará realmente bueno será el día que te vas y menos tiempo tienes para disfrutar de la ciudad... Pero aún se puede aprovechar el cielo azul al visitar la basílica del Sacré-Coeur.
Y de la parte antigua, a lo moderno, nuevos aires de gigantismo arquitectónico, la Défense, la zona de rascacielos corporativos.
Un detalles...
...de la Grande Arche, una burrada de arco hecho en homenaje a Miterrand, y que preside la zona, además alineado con el arco de triunfo...
Y otra curiosa construcción. La verdad que en domingo la Défense es algo muy triste, mucho edificio de oficinas, la zona deshabitada...
Y no todo es magnitud, también hay declive, como en este teatro en la pl. Pigalle, cerca de la zona del Moulin Rouge.
Y hasta aquí las vistas típicas. Paris, una sensación extraña. Diría que para ser disfrutable del todo hay que hacerle varias visitas antes, así de primeras no queda ni la mitad visto y tienes la sensación de no ver el Paris real. No es disfrutable hasta que la conoces más, una sensación al contrario que Barcelona, que es disfrutable de entrada, y luego a la larga, ya es otra cosa. Muy grande, además se cree grande. Quedán muchas cosas por ver, volveremos a pasear por las calles de Paris?
Ai Montmartre...que bonic...quina bona pinta...
ResponderEliminarI déu n’hi do el tute per dos dies...
I curiós el poc entusiasme..(o és una ciutat sense hidrants o la cervesa no mata...si no, no m’ho explico) .Haurà de repetir per confirmar.
Però ja li dic per experiència que a la majoria de llocs es diu que s’hi ha de tornar i a l’hora de la veritat... (que sempre hi ha un lloc nou per veure i poc temps...)
una sensación al contrario que Barcelona, que es disfrutable de entrada, y luego a la larga, ya es otra cosa
Aix…quin desencant es percep…redéu…
No estoy de acuerdo, almenos yo disfruté mucho París la primera vez que la visité, creo que es la vez que más la he disfrutado, patéandomela sola los dos primeros días.
ResponderEliminarUna calle de Paríiiis... que cantaba el otro.
ResponderEliminarSacré-Coeur, vaya decepción me llevé. Ah, la famosa grandeur francesa.