Empezamos por los de Lisboa, donde se puede ver por doquier, en cualquier sitio, y de muchos modelos diferentes.
Hasta aquí los lisboetas, y miles de ejemplos más que se quedaron sin documentar, por si van por aquellas tierras y quieren entretenerse. Luego están los de Oxford, que son menos espectaculares, siguiendo el modelo inglés, de suelo, usualmente pintados de amarillo.
Y vale por hoy de una buena dosis de hidrantes, seguro que vendrán otras.
Són o no són una plaga a Lisboa?
ResponderEliminar...inquietant...
No només a Lisboa... deu ser una cosa portuguesa... a Porto també semblava que et vigilessin!
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