07 julio 2011

Malmö

La mañana del tercer día cogimos el tren, atravesamos y el mar y la frontera y nos fuimos a visitar Malmö, la tercera ciudad de Suecia. Y no fue el mejor día para ello, porque aunque sábado, estaba todo cerrado, hasta los muesos, ya que era fiesta por la resaca sanjuanera. Curioso en Dinamarca solo unas hogueras en algunos sitios, pero en Suecia se ve que la juerga es gorda. Aún así la oficina de turismo si estaba abierta, y como de costumbre no vale la pena aprender inglés, el que nos atendía nos dijo que era us primer día de trabajo después de seis meses en Bolivia, y tenía más fresco el castellano, con un acento sudamericano mezclado con el sueco impresionante. Nos informo del cierre total, pero al menos nos indico los sitios interesantes para dar el paseo matinal que teníamos pensado. Empezando por la zona comercial cerrada y la plaza del ayuntamiento.
Y en esa plaza una peculiar cabina telefónica.

Otra plaza con las construcciones clásicas del centro, parecen locales comerciales, todo cerrado, y mira que había cosa interesantes en los escaparates.

Plena calle comercial, algún sueco empezaba a despertarse.

Y otra calle del centro.

El quisco del Triangle, una zona con centro comercial.

El parque del pueblo. Aquí si que había gente, un grupo de rock ensayando, un grupo de gente siguiendo a unos indios que sonaban una tuba y una panderetea y andaban en fila india gritando algún tipo de rito solar. Y niños desnudos saltando en las fuentes, hombre, es verano, pero nosotros andábamos con jersey y chaqueta, la percepción de temperaturas tan diferente.

Una entrada a la estación del tren futurística.

la iglesia de St Johannes, precisamente.

Y un árbol curioso cerca del Konsthallen, el centro de arte que estaba cerrado y por lo visto desde fuera tenían una exposición interesante, muy colorida.

Y en el Malmöhus, un parque grande también hay molinos.

Y una de las vistas fijas de la ciudad el Malmöhus, un castillo con dos depósitos rojos imagen de la ciudad, y un foso como el que se hace en los castillos de arena en la playa.

Una vista de la entrada del castillo, ahora museo, también cerrado, claro.

Y desde distintos puntos se ve el polémico rascacielos de Calatrava, que que quieren que les diga, acercarse más tampoco es que nos entrase ganas, así a lo lejos, pues, no se, empieza a ser cansino el Calatrava.

Y una puerta cerrada, que es lo que más vimos ese sábado por la mañana, era como pasear por una ciudad fantasma. Lástima, la ciudad tiene buena pinta, y el ambiente se ve que es universitario. Han quedado ganas de volver a visitar Suecia, quizás no la misma ciudad, pero habrá que ponerla en la lista.

4 comentarios:

  1. Llàstima que estés tancat, perquè té bona pinta!

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  2. Caramba con los molinos! si en Castilla hubieran sido así a lo mejor no habría Quijote...

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  3. Fotos de uan ciudad desierta...

    bueno de reseca mas bien.

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  4. Hombre pasaron ustedes por una de las infraestructuras más impresionantes de Europa: el conjunto túnel-puente del estrecho de Orensud

    Todo un privilegio!!!

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