El Ministerio del Futuro de Kim Stanley Robinson. Desde luego Robinson no ha dejado de ser un optimista, claro que el tiempo ha pasado y si en los 90 el optimismo pasaba por colonizar y terraformar Marte en el futuro, ahora el optimismo pasa por básicamente que la humanidad se salve del desastre ecológico en que ella misma se ha metido, y prácticamente planteado en el mismo periodo de tiempo, que ahora ya es el futuro cercano de mañana mismo. El ministerio del futuro es la vía por la que Robinson presenta la posible salvación de la humanidad para afrentar la crisis climática, y está llena de ideas tan posibles como poco factibles. Una ficción geopolítica llena de ideas, desde posibles soluciones técnicas de gran envergadura hasta grandes y profundos cambios sociales y económicos. Todos los aspectos planteados son factibles dentro de la ciencia ficción, pero son tan ambiciosos que, la verdad, lo peor de todo es que el libro sea ciencia ficción y seguramente se quede en esa sección de las librerías, mientras estás sigan existiendo. Robinson siempre ha sido optimista, y también un poco rojales, así que la salvación de la humanidad pasa por acabar o transformar tan profundamente el capitalismo que hace que todo junto sea mucho más improbable no por irrealizable. Pero algo queda claro, el capitalismo se acabará sí o sí. Solo hay ya dos opciones: o lo hacemos más o menos de forma controlada y cambiamos este sistema infame o lo hará el solo junto a la extinción de la humanidad. De todas formas es un libro de lectura obligada, por que plantea el tema desde un punto de vista muy interesante, planteando soluciones y posibilidades que dan para pensar siempre hacía delante y no quedarse en ese estancamiento que hemos visto en el debate político del reciente COP26. Necesitamos más Robinsons, y un ministerio del futuro de verdad. Y que el anticapitalismo de todo pelo se convierta en una profunda tendencia social a todos los niveles.
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