Ayer conciertazo, este sí que si, brutales los Arcade Fire, uno de los mejores conciertos en los que he estado, no solo en tiempo, sino diría de siempre. Y poco más habría que añadir. EN apenas seis años y tres discos se han convertido en un llena estadios por méritos propios. Y es que si hace poco no se donde se comentaba la crisis de los discos actual era en parte por que ya no se encuentran discos que merezca la pena escuchar enteros de pe a pa y repetidamente, que todo era ahora una cuestión de canciones que iban a los reproductores en modo aleatorio, no sería el caso de los Arcade Fire, que cada disco es un compendio de temazos épicos. Eso por si mismo ya es bueno, pero es que además en directo lo crujen, no como otros hypes, el directo es tan bueno o mejor, tienen carisma, y aunque el público ya vaya vendido desde casa, transmiten algo sobre el escenario que es difícil de encontrar. Lo que hace que los 90 minutos de concierto, temazo tras temazo, sepan a poco, a muy poco. Y el sonido aunque no espectacular, si más que correcto, muy bien mezclado para poder entender las voces y seguir las melodías del grupo más que multiinstrumental, donde además casi todos tocan de todo, cambiando de instrumentos y de lugar a cada canción. Seguro se puede decir más cosas, pero vamos feliz y contento de haber estado allí.
Y como teloneros los Fucked Up, una banda de hardcore melódico que en principio no sería lo que más pega con los Arcade Fire, pero que también son canadienses y debe ser ese el link entre ambas bandas. Y que tampoco sonaban nada mal. El cantante se pasó más de la mitad del concierto descamisado y cantando entre el público. Curiosos.