22 abril 2014

Bilbao


El fin de semana largo de Semana Santa hemos ido a pasear por Bilbao, la ciudad más grande del País Vasco. Y me la imaginaba más grande, al final es una ciudad pequeña, no llega a 250.000 habitantes, y la región urbana de la Ría a los 900.000. También es cierto que cuando uno hace le turista a penas sale de las zonas centrales donde están los polos de atracción, pero grande no es que lo haya visto. Bien escalado eso sí, las cosas parece se han hecho con cierto criterio y no hay grandes excesos, al menos recientes. El metro da un buen servicio a las Rías, lo que en otras zonas es necesario hacer vía cercanías o autobuses.

Las calles del barrio viejo, con sus iglesias, y sus templos del pincho. Curioso lo del tema pincho, y curioso lo de las arcones de rabas.  No es que hayamos hecho mucho turismo gastronómico, pero algo de lo típico se ha intentado probar, eso sí limitado por que los horarios y preferencias del bebé no coinciden con los diseños de locales de la zona, ni los menús. Así que a parte del corte de digestión del primer día, y tal, digamos que no está diseñada la cosa para bebés, niños, vegetarianos o gente con poco dinero. Aún así hay que reconocer que desayunar esos bollos de mantequilla es espectacular y las carolinas son bien ricas.


El ayuntamiento encarado a la Ría, edificio así como muy palaciego, muestra de cuando fue la eclosión económica de la ciudad, allá a inicios del siglo XX.


El icono de la nueva Bilbao, el museo Guggenheim, también al lado de la ría, marcando el fin de la época industrial y buscando ser el polo de un nuevo Bilbao, que atraiga al turismo. De hecho lo consigue, aunque por otro lado hay que reconocer que a años luz de la sobrexplotación de Barcelona. De hecho durante la semana santa se celebraba por segunda vez el Basque Fest, pensado para atraer al turismo a la ciudad con diversas actividades relacionadas con la cultura, la gastronomía, el deporte o la música vasca. No está mal para animar la cosa, y alguna cosa vimos, pero desde luego el público era esencialmente local, un festival para los pocos bilbaínos que quedaban en la ciudad, que sorprendía por concentrar a la gente en el centro, pero a la que salías de las calles centrales estaba todo vacía, e incluso en las calles centrales no había prácticamente tráfico. Que diferente pensar algo para turistas y que solo vayan los de allí a los festivales y eventos de Barcelona, que venden para los locales y al final solo esperan y van los guiris que llenan la ciudad.


Parecidos con la ciudad Condal que vi en el suelo de algunas calles, muy próximo al diseño característico de Barcelona. Luego el rollo es totalmente diferente. Mucho menos turismo. Mucha menos inmigración. Tamaños muy diferentes, todo más de provincia. La gente vestida más para aparentar, muy curioso la moda de niños y bebés, una cosa absolutamente queda. Y muy clara las apariencias para marcar pertenencia a una clase o a otra. Que además se da por zonas y áreas. Supongo que siendo lugares más o menos pequeños, y donde no hace tanto camuflarse y aparentar ser una cosa o otra era cuestión de supervivencia es una de esas cosas que deja marca en la sociedad. Pisando un poco la ciudad, y aunque sea falsamente uno tiene la sensación de poder entender más el tema del conflicto vasco. Y lo diferente que es del proceso catalán.


El pasado industrial y marinero, con una grúa del museo marítimo. Es irónico.

 Luego está la nueva arquitectura, y la modernidad e innovación. Que también se nota. Posiblemente muy subvencionado, pero al menos la sensación es que se hace con criterio. Tres rascacielos en toda Bilbao, y un aeropuerto modesto, escalado al tráfico, nada de aeropuertos vacíos.


Y luego tradiciones, y no todo son cortar troncar, levantar piedras. En el norte como en el sur, procesiones de nazarenos con sus capuchones y sus cristos con peluca.


Una de las cosas nuevas de Bilbao que más me han gustado, el centro cultural Alhóndiga de Bilbao. Un edificio recuperado totalmente por dentro como el CCCB, pero muy bien pensado y escalado para la población de la ciudad. Una sala amplia con columnas variadas y unas cajas de ladrillo sobre ellas. Un hall que sirve para conciertos, un auditorio, salas de exposiciones. Pero también una biblioteca con espacio infantil, unas piscinas, unos cines comerciales. Una programación cultural amplia e interesante. Muy bien, me gusto, hay cosas que aprender ahí. La expo que vimos, por otro lado era muy pensada para el consumo local, Badu bada, el euskera en un mundo multilingüe. Una expo sobre el vasco, que me sonó talmente haberla ya vivido pero referida al catalán.


Como Bilbao no era muy grande, y hacen la semana santa larga, cogimos el metro y fuimos a pasear por la Ría, fuimos a Santurce, y caminamos hasta Portugalete, por la ría más industrial y pesquera. Zona metropolitana de Bilbao, donde se puede llegar sin problemas con el metro. Curioso ver las barcas de pesca en el puerto, y gente trabajando arreglando barcos, justo al lado del puerto de Bilbao.


Y cruzando el puente de Vizacaya, una obra de ingeniería patrimonio de la humanidad, con un transbordador colgante, se llega al otro lado de la ría, a Getxo, y una zona llena de palacios, alguna playa, y de un entorno obrero a otro de más piberío, que se nota en las gentes que andan por el paseo de la ría. Separados por el río.


Y bueno, claro que entramos en el Guggenheim. Y no esta mal. El edificio es irónico, muy irónico, aunque como orden arquitectónico interno me pareció demasiado desordenado y caótico, uno se pierde en las curvas incluso dentro. Pero los contenidos son muy interesantes. Impresionantes las esculturas de acero gigantes de la materia del tiempo de Richard Serra. La colección no muestran mucho, pero lo que tenían expuesto era chulo, quizás te dejan con ganas de mucho más. Las dos temporales que había: Ernesto Neto, el cuerpo que me habita nos encantó, esculturas colgantes de nylon o cuerdas, con olores de especias, colores vivos, instalaciones con las que se puede interactuar, muy interesante. La otra era más mediática, Yoko Ono, Half-a-wind show, una retrospectiva de la viuda, que ya sabemos es más famosa por ser viuda que por artista. Cosa que no quita que sea una artista con voz propia a la que puede haber pesado más o menos la sombra de Lennon. Si en el Beatle habría sido una artista reconocida pero no mediática sin duda. Con lo otros se convirtió, como ya sabemos, en la culpa de todo. Retrospectiva interesante, pero no acabó de empalizar con su trabajo, así que curioso y ya. Por otro lado un bebé disfruta más con Neto que con Ono.

Y con esto y un bollo de mantequilla, ya tuvimos suficiente. Bueno a parte de ver como en euskera tienen su propia cultura de canción de orquesta de pueblo, y como en seguida algunos la pillan bien bien, a cualquier hora. Y ver como son capaces de mezclar y recuperar la cultura ancestral con lo moderno, ver una muestra de txalaparta con bases electrónicas da que pensar. Luego siguen cantando Maitetxu por las calles, vaso de vino en mano.

15 abril 2014

Foreskin's lament

Foreskin's lament de Shalom Auslander no era para mi. Otra muestra de que esto del humor es una cosa muy difícil y particular. Un experimento para ver si los libreros realmente saben vender lo que se les pide, aunque la pregunta sea difícil, y han fallado. No se fíen de su librero a no ser que lo conozcan muy bien, y él a vosotros. Y otra muestra de lo malo que son las religiones llevadas al extremo de lo ultra, del fanatismo y la ortodoxia. El libro se supone son las memorias de infancia y adolescencia de Auslander, educado como judío ortodoxo en los alrededores de New York, y como esa educación ultra ortodoxa le jodío prácticamente la vida. A parte de ser un adolescente algo perdido, entre la religión y las drogas y la pornografía, ahora súper devoto, ahora poniendo a prueba a dios, en su versión más vengativa. Incluso estudiando la Torah en Israel. Al final acaba resentido con su familia disfuncional, alejado lo máximo posible, y creyendo que dios le vigila personalmente. Pura esquizofrenia. Una historia bastante triste, sino fuese por que se supone más o menos superado, y porque está escrito con un sentido del humor amplio, que se supone busca el gag y así lo venden, como hilarante. Al menos se supone, porque a mi no me ha hecho ni puta gracia, vamos que yo pedí alguna carcajada, pero ni sonrisa. No he empatizado con su historia, ni con él, ni con las locuras de la religión. Y será que no hay nada que reír a los ultras, que de esos aquí también tenemos. En fin, un fail en toda regla. Tendrá su público, pero no era yo.

14 abril 2014

Món llibre i Metamorfosis



El fin de semana pasamos bastante rato por el Món Llibre, el festival de literatura infantil pre Sant Jordi que se hace en el CCCB y alrededores. Dado que pasar un rato por el Barcelona Beer Fest se hace imposible por las colas y los precios, aprovechamos más el fin de semana mirando libros infantiles y viendo espectáculos adecuados para los peques, y nuestro bicho disfrutó viendo els Músics de Drap y el Pintamúsica. Y leyendo libros, escuchando cuentos, y como de costumbre, corriendo de un lado al otro. Este año han ganado espacio, quizás no necesitaban tanto, se hace espacioso, y siempre que no haya aglomeraciones se agradece. Todo bien montado es agradable disfrutar de los libros y la literatura así.


Aprovechamos la siesta para ver la excelente expo Metamorfosis, Visions fantàstiques de Starewitch, Švankmajer i els germans Quay, artesanos de la animación, que usan técnicas muy parecidas, con el uso de marionetas, con unos mundos surrealistas. Espectacular animación para adultos, un mundo más allá de Disney. Muy recomendable.

09 abril 2014

8 años



08 abril 2014

Cerveza y tebeos (y 100)


Los maestros cerveceros de Van Hamme y Vallès, es posiblemente una de las series más cerveceras que hayan en el mundo de los tebeos. Realizada durante los años 90, cuenta la saga familiar de los Steenfort, dedicados a la cerveza desde el siglo XIX hasta los inicios del siglo XXI, más de 100 años de saga familiar, con sus secretos, traiciones, finanzas, amores, y todos los elementos de las novelas río y culebrones que hagan falta. Pero también siguiendo las diferentes épocas y los diferentes usos de la cerveza, y de sus formas de producción, tema que está excelentemente documentado, basado en alguna de las historias reales de fabricantes belgas de cerveza. De hecho hicieron una serie de televisión basada en la saga.

Y hasta aquí, 100 ejemplos de cervezas en tebeos, donde en general su uso no es más que el reflejo que la cerveza tiene como bebida social. Con 100 ya está más que bien, aunque no quiere decir que si veo otro ejemplo que me haga especial gracia no siga subiéndolo por aquí. De momento, punto y a parte.

07 abril 2014

El día minimúsica





El domingo fuimos al Día de Minimúsica, como papás es el tipo de festivales musicales a los que ahora podemos acudir. Organizado por la gente del Primavera Sound, la idea no es nada mala, una fiesta diurna pensada para los peques, sobretodo los más peques, no más de 5 o 6 años diría. Luego ponemos artistas indies que suenen a los papás y estos piensen que siguen en la onda. Pero la realidad es que lo único que haces todo el día es correr detrás de tu vástago, que se lo pasa bomba, independientemente de quién cante, mientras entre dentro de sus parámetros estéticos, que tienen sus propias exigencias. Za! juega con los ritmos, Miqui Puig canta dos canciones, Milkyway hace de DJ para niños. Escuchamos la Sant Andreu Jazz Band de jóvenes, a los Pinker Tones tocando su disco infantil 'Rolf & Flor' o los Templeton interpretando las canciones de Hora de Aventuras. Y corriendo para aquí y para allí, pintando pulgas, leyendo cuentos. Vamos el peque se lo pasó bien, y los padres acabamos más cansados que cuando íbamos a los festivales de mayores. Y un acierto el limitar el número de entradas, a pesar de que se agoten y poder vender las que quieran, tener el tema bien dimensionado se agradece mucho, que con peques es importante tener espacio y evitar estar agobiado.

05 abril 2014

Barça-Betis 3-1




Día en el que se dice se decidían cosas, los socios, o no. Hemos ido a ver el Barça-Betis, pocos partidos quedan ya de esta liga, y si lo de hoy es lo habitual difícil será que se la lleve el Barça. Tres goles, y ninguno por mérito propio, un partido que se gana por que la chorra está de tu lado, y porque delante tienes al último de la tabla, y no lo está por casualidad, y aún así medio partido nadie nos quita el 'ai que patirem'. En fin que partido soso, de los de no correr, y lo malo es que se crean que si no corren ganan por ser mejores. Calidad no les falta, Busquets está inmenso, Iniesta brilla, Bartra no tiene mala pinta en cuanto pille minutos. Pero les falta el plus, aquello que hemos visto podían sacar, que les hacía equipo y ahora... Y como lo de la Fifa vaya en serio, esto va para largo. Y gran pancarta, 'la masia no se toca', desde debajo no la hemos visto. Desde arriba parece que no ven otras cosas.

03 abril 2014

Kompressor

Kompressor de Timothy Carl. El placer de entrar en una librería, pasear por las distintas secciones, ver los libros, buscar ese que te llame, y dejarte convencer por la portada y por el texto de la contraportada, y que el tamaño y precio del libro compense el riesgo. Un pequeño placer que parece cada vez sea más difícil de obtener. Si luego además aciertas y encuentras que el libro es apasionante, entonces es un pleno. Una breve novela inspirada en hechos reales, la victoria del primer extranjero en la categoría reina de la Tourist Trophy de la isla de Man, en 1939 por el alemán Georg Meier a los mandos de una espectacular BMW Kompressor, en pleno auge del nazismo y a punto de estallar la segunda guerra mundial. Solo con eso ya hay una gran historia detrás, la cosa está en que el señor Carl no se ciñe a la historia, sino que construye una ficción en primera persona, para presentar lo que podía pasar por la cabeza de alguien en la piel de Meier en aquella época, al que supone un hombre recto pero impotente ante la barbarie que se cierne en su país, y con una pasión por la velocidad que le impide rechazar la posibilidad de correr con la Kompressor, aunque sea bajo los deseos de Hitler. La primera persona funciona para meterse en la cabeza, pero sobretodo, y lo que más busca el autor es transmitir la pasión por la máquina, las sensaciones que se tienen a los mandos de lo que sabes era una moto revolucionaria en la época, la primera que superó la media de las 100 mph en la carrera. Y no fue a la primera, sino que primero en 1938 tuvo que probar y fracasar. En no ser fiel a la historia real, lo que busca es transmitir esa velocidad, esa pasión por la máquina, por la ingeniería, es propiamente una novela del Futurismo pasado por los filtros del siglo XXI. Funciona muy bien. Y es que viendo la foto de Meier volando, quién no quiere saber más.


01 abril 2014

Cerveza y tebeos (99)

99 ediciones de la sección, esto se va acabando. Y para no dejar cosas en el tintero, hoy un popurrí de cervezas en buenos tebeos, cinco tebeos bien variados.


Sunny de Taiyo Matsumoto. Me encanta el dibujo de Matsumoto, un dibujo que no deja de evolucionar de trabajo en trabajo. Me encanta como trata la infancia en sus mangas, con una sensibilidad al nivel de su dibujo. Y en Sunny se sale, con una historia con tintes autobiográficos sobre la estancia de niños en un hogar de acogida japonés. Y hay espacio para esas cervezas japonesas.


En Animal Party Miriam Muñoz relata su experiencia en el extranjero, un año de exilio para trabajar en Brigthon. Un montón de experiencias similares a las de todos los que se han ido una temporada, muchos lugares comunes, y como no, descubrir que por ahí hay buenas cervezas. Como no iba a ir de pubs y de pintas en Inglaterra.

Planeta Tierra de Aisha Franz. Un dibujo a lápiz que no busca ser bonito, pero si expresivo y narrativo, y la historia de tres mujeres, una madre soltera y sus dos hijas, una adolescente que a se va de birrias, y una pre-adolescente justo en el proceso de pasar de estado. Eso y lo marciano del mundo en que les toca vivir. Y si Franz es alemana, la mención a la cerveza es más que natural.

Rural de Étienne Davodeau. Un pionero del cómic documental, este lo realizó por allá el 2001 y cuenta el conflicto entre unos agricultures ecológicos y los habitantes de un pueblo afectados por el paso de una autopista más que discutible. Documental con un punto de vista comprometido. Y alguna que otra cerveza.




Aleksis Strogonov de Jean Regnaud y Émile Bravo. Desde la revolución rusa a las guerras étnicas de los Balcanes, pasando por el Berlin de entreguerras, las aventuras de Aleksis están llenas de humor negro y mucho ritmo, y Bravo tiene un dibujo de línea clara bien bonito, aquí todavía muy influenciado por Chaland. Y claro si pasa una temporada por el Berlin de entreguerras, no podía ser que no bebiesen unas cervezas locales.

Cinco tebeos bien variados, y muy destacables por distintas razones, y en todos ellos diferentes usos de la cerveza. Una entrega más y se acaba la serie.