03 febrero 2016

BD Angoulême '16

Pues este año ha pasado, tras la primera experiencia estaba claro que tarde o temprano acabaríamos por repetir. Así que este al fin año regresamos al festival de BD de Angoulême, el festival de tebeos más importante de Europa (o eso dicen). Con las limitaciones de poder decidirse casi a última hora aún pillamos plazas en el bus de la Joso, toda una institución en esto de llevar gente a Angoulême. Y después de unas 10 horas de bus nocturno, y de dormir como se pudo llegamos a primera hora de la mañana del jueves, y al tajo, un cruasán, la pulsera del festival y en marcha.





Primera parada la expo e Hugo Pratt, Reencontres et passages, en el espacio Franquin. Ordenada en función de las diversas influencias de esta bestia del cómic, impresiona ver originales de diversas épocas y formatos, y como al final tenía tanta soltura como pachorra para generar dibujazos. Preciosas las acuarelas, y ver iconos del cómic internacional en formato original, pero también ver las revistas originales y como aparecían sus historietas en ellas, que al fin y al cabo era para lo que estaban pensados esos originales.



Luego ya tiramos para la zona del museo, donde estaban las exposiciones grandes, y donde es mejor pasar el primer día, que hay menos público aunque sea el día de las escuelas. La primera parada en el Vaisseau Moebius, donde vimos las pequeña expo de Shapereader de Ilan Manouach, unos tableros con texturas para expresar emociones, como curioso enlace entre el braille y la narrativa gráfica para expresar conceptos. Al lado estaba el taller de risografía de la mano de Breakdown Press, donde había ejemplos de esta técnica y iban haciendo un fanzine para ser publicado durante el festival. Para lo que es el espacio poca cosa sobretodo comparando con la anterior visita.


Justo al lado esta el museo del papel donde suelen hacer una exposición sobre comics para público infantil o juvenil. Este año se centraba en Les Mutants de Pauline Aubry, que trata de los comportamientos de la adolescencia, en un tebeo muy francés.


Para entonces ya habíamos captado lo que iba a ser el mayor cambio que notamos en el festival, las excesivas y paranoicas medidas de seguridad. Tras lo acontecido en París en los últimos meses uno no sabe si necesario del todo o no, pero que choca y parece más una victoria de los malos que otra cosa, casi seguro. Para entrar a cualquier recinto, controles de seguridad, revisando mochilas (y claro nadie lleva en un festival donde se pueden rellenar de tebeos...) y detector de metales, antes de enseñar el pase de la pulsera. Y teniendo en cuenta que tienes que ir de un sitio a otro y entrando y saliendo continuamente en un festival distribuido por toda la ciudad, el ir abriendo y cerrando la mochila continuamente es un auténtico coñazo, a parte que las únicas colas que se formaban en el festival estaban motivadas por los controles. Parece que la gente lo aceptó sin problemas, todavía un poco en estado de shock. Pero desde fuera los carteles de que hacer en caso de ataque terrorista como poco sorprenden. Y el anuncio continuo de no perder mochilas en los pasillos a riesgo de que sean inmediatamente destruidas.





Un espacio nuevo el Nil / ENJMIN donde se encontraba el espacio de los nuevos talentos, y siempre es interesante ver lo que hacen, porque hay auténticas viguerías, como un comic bordado, y otras aproximaciones de esas que te dan ganas de quedarte con todos los nombres porque hay talento de sobra. Allí mismo se nos hizo la hora de comer y en la cantina tomamos la primera comida francesa.








Siguiente parada, cruzar el río hacia el museo de la BD a ver la expo central dedicada al 70 aniversario de Lucky Luke. Una expo bonita, con cantidad de originales de Morris, que era un talento, y como se puede ver su evolución desde un origen más cercano a la animación a como fue adquiriendo las influencias de la BD para finalmente ser un referente de la escuela franco-belga. Preciosos los originales, y el montaje por distintos temas que se encuentran en sus páginas, y como mostrar un ejemplo de una página que podría ser un resumen de planos cinematográficos. Luego a parte de la exhibición de siempre en el museo, que es más que destacable. Otra expo sobre los nuevos autores que siguen con el legado de Lucky Luke, desde el autor clon de Morris hasta los que toman caminos más personales para reinterpretar al personaje.




La otra expo grande en el espacio del museo era la dedicada al universo Lastman. Lo que son las cosas, todo lo contrario de la anterior. Aquí originales ni uno, difícil si tenemos en cuenta que la creación es básicamente digital. Pero es que la aproximación era más la de vender exhibir el universo multimedia de éxito comercial que se ha generado alrededor de este tebeo con un mundo propio de personajes, mapas, con videojuegos y próximamente serie de animación. Con multiples ediciones de coleccionista, y ya publicado en varios idiomas. Por cierto, 4 tomos ya por aquí, que valen la pena leer, pero ya 8 tomos en Francia. Un fenómeno híbrido entre el manga y la BD de nueva generación, lleno de aventuras y luchas.



Salimos del museo y la lluvia seguía por allí, aunque suave al menos el primer día. Tocaba retornar a las calles de Angulême a buscar más exposiciones.






La siguiente fue la dedicada al ganador del gran premio de este año, Katsuhiro Otomo.  Muchos dibujantes hicieron una interpretación del trabajo de Otomo como homenaje, y había dibujos espectaculares. Y solo dos dibujos originales del creador de Akira. Y eso es lo que más se echo en falta en el festival de este año, una gran retrospectiva de Otomo, con muestras de su trabajo. No hubo esa exposición, y fue la gran lástima.



Y de ahí a una de las más interesantes de Angoulême cada año, la exposición de las obras en curso de los residentes de la Maison des Auteurs. Siempre hay maravillas, por suerte de algunas veremos los resultados, de otras no llegarán a nuestro mercado lamentablemente. Pero que calidad de trabajos. Además fuimos para coincidir con la inauguración, con lo que hubo canapés, cognac de la región y la posibilidad de charlar con algunos de los autores, como Rayco Pulido.




Y cuando empezaba a no caberse de gente, aún nos dio tiempo de dar la primera vuelta por el FOFF, el festival alternativo de Angoulême, una especia de feria alternativa, entre el GRAF y el Gutterfest (quizás más como este último en los encontrar hasta cintas de cassette). A veces uno tiene la sensación que hasta lo alternativo visto en conjunto tiene algo de fosforescencia uniforme. Aún así tenían dos pequeñas exposiciones de ilustradores, Loïc Doussin et Sylvain Havec y el sorprendente Jiro Ishikawa. Y tras esto a dormir al hotel que ya era hora.


Otro día y de nuevo a las calles de Angoulême, que durante esos días respiran tebeos por todas las esquinas.


Segundo día, calma, cruasán y nos encaminamos a la carpa de Asia, con dos exposiciones interesantes, la del impresionante hongkonés Li Chi Tak y la dedicada la revista japonesa Hibana. También estaba el stand oficial de Taiwan con una muestra de tebeos de la isla, y había cosas la mar de interesantes.




Pero lo importante era lo importante. Subirse a la replica real de la moto de Kaneda en Akira, con la chupa roja y todo (good for health bad for education). Unos minutos justo para poder subirse y hacer la foto, una tontería, pero cuando estás encima eres el niño más feliz del mundo. Mola.





Luego tiempo para dedicarle a la otra grande del festival, la retrospectiva dedicada a Jean-Christophe Menu, uno de los fundadores de la Association, siempre crítico y activista del medio y con un humor peculiar. Mucha obra a sus espaldas y muchas polémicas. La exposición estaba muy bien y uno se pregunta como es que de él han llegado tan pocas cosas traducidas en comparación con otros autores de la Association. Por cierto sopesa acabar de visitar la expo y verle allí firmando catálogos.


Otra de las instalaciones del festival, Phillaina de Marietta Rein, un mural de 110 metros, con una historia secuencias en scroll, que parece acompañaba a una aplicación de tebeo y a una banda sonora que había que escuchar in situ.








En el museo de la ciudad la expo este año era la dedicada a Interduck/Duckomenta, un curioso proyecto artístico que recorre la historia del arte incluyendo a los patos inspirados en Disney, como forma de reflexión pop. Lo que es realmente divertido en muchos casos. Además se habían cerrado el tema y ciertas obras estaban integradas en la exposición habitual del museo con lo que encontrarlos y ver la yuxtaposición era más divertido. Hubo alguna crítica por la inclusión de esta expo, un poco a parte del mundo del cómic pero la verdad es que con lo divertida a la par que en cierto sentido didáctica, nos gustó la propuesta.


Y con esto el grueso de las expos estaban vistas, quedaban algunas cositas por ver, pero sobretodo pasearse por las carpas donde tienen los stands las editoriales.


Básicamente este año eran cuatro, diría con menos participantes que en la anterior visita, de hecho la carpa de Asia estaba compartida con editoriales infantiles, y no había la carpa de comic americano separada. La carpa de para bd, para coleccionistas y tal la vimos menos espectacular en contenidos de merchandising, peor uno no sabe si por la falta de la sorpresa o por un cambio del tema. La de las editoriales que se comen el mercado francés si que era similar y en esa siempre hay unas colas larguísimas para los autores más comerciales, que aquí desde luego no son los que dibujan superhéroes en los USA.


Pero para nosotros la más interesante y en la que pasamos más rato la del Nuevo mundo,  es decir editores independientes o más pequeños y editores de otros países. Aquí también están los autores más indies, y aunque se llena de gente, sobretodo el sábado, la verdad es que el poder acercarse a muchos de los autores es más que sencillo. Poder charlar tranquilamente con Stephen Collins o Tom Gauld, seguramente imposible en UK donde son más conocidos, pero totalmente factible y un placer poder hacerlo en Angoulême. Otra cosa del festival, parece que en cada stand de una editorial tiene que haber siempre y a cualquier hora algún autor firmando, continuamente, algunos con tandas realmente largas.


EN fin, que poco quedaba ya de disfrutar de las vistas al amanecer al salir del hotel.



Últimas exposiciones como la dedicada a la libertad de expresión con los dibujos de escolares tras los atentados de Charlie Hebdo. O la dedicada a los cómics sobre movimientos ciudadanos en la Maison des puebles et de la paix.  Cantidad de cosas para ver como siempre. Y menos mal que la falta de dominio del francés permite no sucumbir del todo a la tentación de pillar tantas cosas interesantes.

Muchas cosas, muchos paseos para acabar rendidos cada día. Menos mal de las paradas técnicas, y no es barato pero nos avituallamos muy dignamente, con platos del día típicos de la cocina local y cenando muy ricamente comida marroquí, o noodles asiáticos, y un tempura de leche frita deliciosa. Importante también que todos los paseos se hagan en buena compañía.

Y nada, solo quedaban otras 10 horas de bus de regreso, que dan para leerse las cosas encontradas, sufrir la selección de películas y fundirse la batería del móvil.

Y la polémica de los premios? Bueno pues paseando por allí tampoco es que te enteres de esas cosas. Primera cagada el no tener la sensibilidad necesaria para los tiempos que corren, la chapuza al arreglarlo, todo eso ya era esa de la previa. Y la cagada a la hora de la entrega con los falsos premios, de esas cosas te enteras después. Que mal pero los paseantes estamos a otras cosas.

26 enero 2016

Armada

Armada de Ernest Cline es una novela simpática, para un público juvenil apasionado por lo videojuegos, y para un público no tan juvenil que este lleno de nostalgia por los 80 y 90, sobretodo en torno a la ciencia ficción y a los videojuegos. Y es que como es marca de la casa, de nuevo el libro esta lleno de referencias y guiños a la cultura popular, mientras crea una historia que se reconoce en si misma como un pastiche de cosas ya vistas. Pero hecho con cierta gracia, pura cultura del remix, con la gracia de darle un tono de aquellas pelis de adolescentes de los 80 que nos dejaban atrapados en el sofa los fines de semana. El argumento es sencillo, un adolescente con sus cosas de adolescente que se pirra por jugar a un videojuego de matar marcianos, pero que pasa si el videojuego se convierte en realidad, y era solo un medio de entrenamiento para enfrentarse a la invasión real. Pues eso, puro entretenimiento.

01 enero 2016

Cervezas (1336)


Hemos bajado el ritmo de catas, y el de la vida social ni digamos, pero aún así poco a poco vamos ampliando la lista, aquí la actualización de lo que quedaba del año.
Esperamos seguir ampliando la lista aunque sea con un ritmo más pausado. A nuestro ritmo eso que la escena de cerveza artesana a explosionado a lo big bang y no hay quién este al día de todo.

26 diciembre 2015

Algunos tebeos del '15


De nuevo al cabo del año, toca la tradicional lista de tebeos a destacar de entre mis lecturas durante el 2015. Este año quizás hayan sido algo menos de doscientos los tebeos que hemos leído, y es que ha caído algo el ritmo, circunstancias de la vida, que no dejan tanto tiempo (o nada) y no hay tanto presupuesto, en parte a que el precio medio de los tebeos ha subido bastante tirando a mucho, consecuencia de la novela gráfica, la tomificación del medio, y el tener que compensar el reducido número de las tiradas. En fin, que como de costumbre hemos leído unos cuantos, pero seguro nos hemos quedado con ganas de más, y cosas que se han quedado en las librerías, que uno no da para todo, y siguen sin subvencionarme el vicio. Otro asunto es cómo complica hacer la selección anual el hecho que cada vez más los platos fuertes de las editoriales se reservan para el fin de año, apuntalándose en la campaña navideña, cosa del cambio del público y la presencia comercial de los tebeos. Tema que se nota también en la acumulación de acontecimientos comiqueros en el final de año, en lo que parece ha sido una caída de la importancia que tenía el salón del cómic de Barcelona, y su proximidad al día y ferias del libro, al menos en lo que a novedades se refiere. En fin, que como son las cosas, y como me gusta mi lista en diciembre, pues a lo mejor se nota a faltar alguna joya, pero no me habrá dado tiempo a leerla, o no ha caído bajo mi radar, y en fin, será por tebeos. Como siempre la lista es totalmente subjetiva (obvio), se basa en mis lecturas, y se ha leído lo que se ha podido.

El resto, como de costumbre, lista numerada pero sin clasificación, 10 títulos de autores nacionales, ya sea para una producción interna o para importarla más tarde. Otros 10 títulos de procedencia europea, y dejamos 5 para los americanos (o cercanos) y 5 para los mangas. No se esperen muchas sorpresas, porque leo lo que leo, mis filias son más que claras, y no está el tema para experimentos con gaseosa (aunque nos gustaría). Pero vamos, que lo de siempre, que ya son unos cuantos años repitiendo, y solo hay que ver las listas de otros años para ver de que pie cojeo. A parte que creo ya se ha creado una generación de autores en torno a la novela gráfica que son como valores seguros y que no suelen fallar con sus propuestas.

# Nacional

Así que al tema, primero los nacionales, cada año más complicado, porque la producción es muy amplia, la calidad media también es alta, aunque quizás este año no haya ese tebeo que destaque sobre todos los demás de forma clara como otros años, a no ser que…


  1. La Casa de Paco Roca. Paco Roca está a otro nivel, no es casualidad que sea la punta de lanza del nuevo tebeo nacional, obra que hace obra que destaca. En este caso con una historia personal, pero que sabe hacer universal, con un retrato generacional que llega a todos. Y además lo hace como siempre investigando con el medio y desarrollando recursos para jugar con el formato apaisado para captar la atención del lector. La casa lo tiene todo, tanto el que como el como para destacar sobre el resto de producción. Como de costumbre.
  2. Rituales de Álvaro Ortiz. Aquí somos muy fans del trabajo de Ortiz, así que cualquier cosa nos va a parecer bien. Pero si encima hace una cosa que continúa sus últimos trabajos (en lo que podría ser una trilogía), pero que les da tres vueltas y media, incluye autobiografía, se atreve a poner cualquier tema que le interese, desde la Caravaggio hasta jugar con los cósmicos primitivos o Hitler, y encima hilvanarlos para causar la estupefacción del lector. Su trabajo más redondo, y además es un tipo majo.
  3. Barcelona los vagabundos de la chatarra de Jorge Carrión y Sagar Fornies. Menudo reportaje de investigación han hecho Carrión y Fornies, pinchando hasta el hueso con su retrato de esas personas invisibles de la ciudad. Y que bien ha adaptado Fornies su estilo y su versatilidad para adaptarse al relato de Carrión. Trabajo periodístico de primera.
  4. Lo que me está pasando de Miguel Brieva. El primer trabajo de narrativa extensa de Brieva, en la que no ha dejado la crítica social de lado, pero le ha dado el tono de fábula larga contundente con la crisis y los tiempos que nos rodean con su estilo virtuoso, y un final optimista, al fin y al cabo.
  5. Quartznaut de Àlex Red. Las nuevas generaciones, una historia de multiuniversos, misterios, historias dentro de historias, llena de color de personajes curiosos y mucha influencia de los videojuegos.  Muy disfrutable y con un dibujo que llama hasta a los niños de 2 años.
  6. Ötzi. Por un puñado de ámbar de Mikel Begoña e Iñaket. Que bien que pueda haber este estilo de historias hechas desde aquí, un relato que se inspira en la momia de Ötzi encontrada en los Alpes para inventarse la historia que lo puedo llevar hasta allí y retratar las tribus de la edad del bronce.
  7. Las aventuras de Joselito de José Pablo García. Nunca pensé que la historia de la vida de Joselito pudiese interesarme, pero no solo es apasionante sino que García consigue explicarla de forma que te atrape y jugando con mil homenajes a la historia del cómic para enmarcar temporalmente y temáticamente las experiencias vitales del personaje. Virtuosismo.
  8. El mundo a tus pies de Nadar. Contundente, así es el retrato generacional que consigue plasmar en tres historias Nadar, un maestro de los diálogos que consigue recordarnos que la crisis sigue aquí y que las consecuencias las paga la gente corriente, aquellas pequeñas historias que quedan sepultadas en los grandes números y estadísticas de las noticias.   
  9. El chico del antifaz de Alexis Nolla. Una pequeña maravilla de Nolla, un nuevo giro a lo que iba siendo su producción, una mezcla de Pulp clásico, cinética manga, tramas, unas gotas de Bruguera para crear una historieta de aventuras y posthumor sorprendente
  10. Piso el barro, barro el piso de Juan Berrio. Debilidad personal, cualquier cosa de Berrio siempre va estar por aquí, aunque sea un simple divertimento, que de simple nada, juegos de frases encadenadas ingeniosos con ese dibujo sencillo, pero que todo junto depara sonrisas y optimismo por las cosas más sencillas de la vida. Soy fan.

Pero que hacer una lista de 10 es bastante complicado, y es que hay muchas más cosas como el García de Santiago García y Luis Bustos o como se puede hacer entretenimiento local sin complejos, y Santiago García, el hombre que lo hace todo, también tiene en Yuna con Juaco Vizuete una buena historia de ciencia ficción clásica. Más ciencia ficción llena de colores pop el No Option de Pep Pérez que sigue siendo muy recomendable. O el homenaje a los revolucionarios que ha hecho Alfonso Zapico en la Balada del Norte. También han llegado al fin los oníricos Episodios Lunares de Martín Romero. Más alucinógeno el Souffle de Cristian Robles. Y hemos disfrutado del regreso de un clásico noventero con el Mondo Lirondo Returns de la Peñya. También hemos reído con la versatilidad de Kiko Da Silva en el Infierno del dibujante. Y con el humor absurdo y las vidas patéticas de La vida se escapa de Joaquín Guirao, o más absurdo y cruel el autoeditado Zonzo de Joan Cornellà. José Domingo nos ha hecho disfrutar con los peques buscando monstruos en Pablo & Jane. Y de nuevo un contundente ejercicio de estilo ejecutado por Marcos Prior en Necropólis. Y que bonitas las acuarelas que se nota ha disfrutado dibujar Tyto Alba en Tante Wussi. Y claro siempre Jan, con su Superlópez y su Pulgarcito. Y muchas cosas más, estamos ante una fantástica época en cuanto a la creación de tebeos nacionales. Y que dure.

# Europeo

Vamos ahora con la selección de europeo. Que tampoco ha sido sencilla, llegan cosas buenas, dos o tres cosas que son impresionantes, pero hay tanto, que no se puede con todo. En este aspecto se nota como las editoriales de tebeos son cada vez más especializadas, en unos nichos con estilos, géneros o lectores muy específicos. Se ha fragmentado el mercado y las editoriales son pequeñas y muy selectas, quedan pocas con intereses más amplios. Eso obliga a ampliar la oferta, y eso es bueno para el lector. Y aún así hay mucha joyita todavía por llegar. Pero vamos con lo que me ha llamado más la atención.


  1. El árabe del futuro de Riad Sattouf. Fantásticas las memorias de la infancia de Sattouf, en cuanto son la imagen de un niño del mundo árabe de los años 70-80, no siendo amable ni objetivo, como debe ser la mirada de un niño, pero si cargadas de crítica y humor, sin la necesidad de ser correcto, cosa que ha creado cierta polémica en los que no acaban de ver las intenciones del autor, lejos del buenismo imperante.
  2. Sr. Esperanza de Tommi Musturi. Una sorpresa de este versátil dibujante y diseñador finlandés, que con una línea clara espectacular hace un tebeo muy a lo Ware, una reflexión sobre el amor y la soledad con un toque de humor nórdico que es muy de mi gusto.
  3. El loro de Frida Kahlo de Jason. Somos fans, así que no puede fallar, en esta ocasión con una recopilación de historias cortas llenas de surrealismo, humor, minimalismo y referencias pop marca de la casa. Tan pop! que lo hemos podido acompañar del libro de ilustraciones Pop!, lleno de retratos y juegos con personajes de la cultura popular.
  4. Ralph Azham de Lewis Trondheim. A falta de más Mazmorra (acabada ya en Francia, aquí ya veremos) suerte tenemos que Trondheim siga disfrutando haciendo cómic de fantasía comercial. Con su humor su habilidad para crear tramas trepidantes en las que suceden nuevas cosas continuamente, y su habilidad para retorcer el género de forma siempre original.
  5. Los sucesos de la noche de David B. Los fantásticos dibujos de David B., siempre llenos de personajes casi como cenefas para explicar los misterios esotéricos de París. Casi nada. Y si no hay suficiente también es muy interesante la serie juntoa a Jean-Pierre Filiu que explica la historia de conflictos entre los Estados Unidos y los países de Oriente Próximo en Los Mejores Enemigos.
  6. Recuerdos del imperio del átomo de Thierry Smolderen y Alexandre Clérisse. Una historia de ciencia ficción clásica, con unos diseños homenaje a los años 50 que dan gusto solo verlos. Una delicia gráfica jugando con el género.
  7. Antares de Leo. Más ciencia ficción de corte clásico. La mejor space opera que se puede leer en la actualidad es la que va creando con los años Leo, lleno de sentido de la maravilla, aventuras, protagonistas femeninos fuertes y unos diseños de bichos extraterrestres increibles.
  8. Yo René Tardi, prisionero de guerra en StalagIIB de Jacques Tardi. Tardi es un clásico grande, Tardi retratando todo lo que hay de malo en la guerra es siempre más que recomendable. Aquí además lo hace usando los recuerdos de su padre en la Segunda Guerra Mundial, en esta ocasión su regreso tras ser prisionero de guerra. Un brutal testimonio de lo que no debería volver a pasar en Europa.
  9. La Máscara de Franquin. Que buena noticia que haya vuelto Spirou al mercado español, y que podamos disfrutar de títulos como el Botones de verde caqui de Schwartz y Yann. Pero sobretodo porque podemos volver a ver los dibujos de Franquin, y eso no es pecata minuta. Maravilla, si Spirou es lo que es en gran parte responsabilidad de Franquin, y cualquier cosa suya es un must.
  10. Me gustas mucho de Bendik Kaltenborn. De nuevo el humor absurdo del noruego, con su estilo libre, su mala leche y su martillo demoledor. Ahora ya no es un desconocido, pero sigue siendo sorprendente.

Y más cosas, claro, muchas más. Cualquier cosa de Nicolas Mahler siempre es recomendable, y su Alicia en Sussex no lo es menos. O el oscuro cuento para adultos que es Preciosa Oscuridad de Fabien Velhmann y Kerascöet. El retrato de las bandas del Bronx en Ghetto Brother de Julian Voloj y Claudia Ahlering. Y el recuerdo de la caída del muro en Arenas movedizas de Kitty Kahane, Alexander Lahl y Max Mönch. Pero también las cosas que no han llegado todavía, como el tierno Soppy de Philippa Rice. Las aventuras sin palabras de Le Jour le plus long du futur de Lucas Varela o la poesía de Sens de Marc-Antoine Mathieu. Los misterios cuánticos de Il segreto di Majorana de Silvia Rocchi y Francesca Riccioni y los tebeos superventas en Italia de Zerocalcare.

# Americano

Vamos con los tebeos americanos. Uno piensa en superhéroes y mainstream, pero poco leo de ellos ahora mismo. Falta de tiempo, y a veces de ganas, aunque hay cosas en los márgenes que valen la pena, algunos títulos de Image, y a veces es la única forma de ver como se lucen muchos autores de aquí. Sin embargo nos quedamos en otras cosas del continente del otro lado. Y las hay impresionantes.


  1. Aquí de Richard McGuire. ‘La vida tiene el don de rimar momentos’ una frase que resume lo que es la maravillosa filigrana que ha hecho McGuire en Aquí, llevando los cómics a otro plano con una filigrana poética que será un punto de inflexión en los tebeos y donde se cierran algunos círculos de influencias. Imprescindible.
  2. Chapuzas de amor de Jaime Hernandez. Los trabajos de los Hernandez también suelen ser imprescindibles. En este caso Jaime llega a un punto álgido en la saga de Locas, tras años de seguir toda la experiencia vital, llega el momento de un relato de amor maduro, con una maestría narrativa inmejorable, que da una lección de cómic que da justo en la diana del público que ha ido creciendo y madurando a la par que los tebeos de los Hernandez.
  3. Por sus obras le conoceréis de Jesse Jacobs. Una obra llena de detalles camuflada en forma de gamberrada, un tebeo de primitivos cósmicos, con seres más allá del entendimiento humano creando universos como juego, como arte y mucho sentido del humor.
  4. Tungsteno de Marcello Quintanilha. La primera novela gráfica (o eso) de este brasileño, es un thriller trepidante, una historia que pasa en pocas horas, bajo la luz y el sol de Salvador de Bahía, con sus giros y cantidad de personajes cada cual con sus problemas y todos entrelazados. Brillante.
  5. The comic book story of beer de Jonathan Hennessey, Michael Smith y Aaron McConnell. Todavía no publicado aquí, pero un cómic sobre cerveza no podía faltar en mi lista. Y me ha sorprendido porque el dibujo de McConnell es muy clásico, pero 100% efecto a la hora de poner en imágenes el relato de la historia de la birra, además con todo el rigor y completitud que me ha sorprendido. Excelente cómic divulgativo. Superventas en los USA.

Y podríamos añadir los cuentos terroríficos de Cruzando el bosque de Emily Carroll. Más nihilismo cafre de Bahía San Búho del australiano Simon Haselman. O la frescura generacional de dilemas de madurez de la Ladronzuela de Michael Cho.

# Japonés

Y para el final como de costumbre el manga. Ha habido movimiento tras la desaparición de Glenat-EDT, veremos como se asienta la cosa, pero parece que pasada la tormenta, vuelve a haber espacio para publicar cosas más arriesgadas, y lo vamos a disfrutar.


  1. El hombre sin talento de Yoshiharu Tsuge. Esto es simplemente una obra maestra del cómic. Y ya está. De esas que te deja pensando, y que no se te va de la cabeza en meses. Aparentemente sencilla, un dibujante que decide vaguear vendiendo piedras al lado del río, pero debajo de eso hay tanto, pero tanto. Imprescindible.
  2. Kitaro de Shigeru Mizuki. Recientemente fallecido esta leyenda del manga es actualmente mi autor preferido de manga clásico, por su forma de dibujar, por esos personajes carismáticos, por como cuenta sus historias de monstruos, como recupera e incluso crea el folklore japonés, y sobretodo por su vitalidad que transmite en todas las páginas. Kitaro son cuentos de terror que pueden leer los niños y los mayores. Y son fantásticos.
  3. Sunny de Taiyo Matsumoto. Un fijo de la lista, que seguimos leyendo en inglés, aunque este año ha aparecido el primer número en castellano. Su dibujo es raro para los estándares del shonen actual, y sus historias de la infancia en el hogar de acogida son una delicia en el trato. Para ver la evolución del autor y como la infancia incomprendida es uno de sus temas centrales también se puede acercar uno a Gogo monster.
  4. Dead Dead Demons Dedede Destruction / Buenas Noches Pun Pun de Inio Asano. Dos series del autor de moda, ambas con una temática relacionada. Pun pun es la anterior ya conclusa, donde mezcla el drama costumbrista de la infancia con toques surrealistas, siendo el protagonista un garabato de un pollo en un mundo real. Dead dead me ha gustado un poco más, siendo la actual, donde la vida corriente de los adolescentes tiene de fondo una inquietante invasión alienígena.  Ambas muy interesantes.
  5. Relatos de Sabu e Ichi de Shotaro Ishinomori. Más manga clásico, en esta ocasión del rey del manga, con relatos de género negro donde sigue a un agente de policia del Edo de samuráis y un maestro ciego. Historias ingeniosas, algunas páginas memorables, y ese estilo a veces cerca del cartoon, con las influencias de Disney y Tezuka, pero que también recuerda a la escuela francobelga de la misma época.

Más manga, más. I am hero de Kengo Hanazawa sigue manteniendo el nivel de extrañeza y diversión en su invasión zombie. El buen relato independiente de Undercurrent de Tetsuya Todoya. Y las lecciones de gastronomía japonesa de Oishinbo de Tetsu Kariya y Akira Hanasaki. Una nueva dosis del bruto de Shintaro Kago, más comedido y centrado en el humor absurdo en La formidable invasión mongola. Y los fijos, como el Gunm Last Order de Yukito Kishiro, desde los 90 lo vamos leyendo y se aproxima el final (de momento). Y el Billy Bat y Happy de Naoki Urasawa. Y lo que llegue de Jiro Taniguchi, este año su Guardianes del Louvre.

En cuanto a cómic digital puedo repetir simplemente lo que ya mencioné el año pasado. No se pierdan nada de lo que salga en Panel Syndicate, donde el Universo de Albert Monteys es una delicia que mezcla la mejor ciencia ficción y el humor. Y donde Brian K. Vaughan y Marcos Martín empiezan Barrier, una nueva serie interesante, después de petarlo con Private Eye. Tampoco hay que perderse el mejor humor gráfico en el Orgullo y Satisfacción. Hay mucho más cómic digital por la red, pero hay que ir investigando y tengo el tema muy disperso como para dar más detalles.

Además que esto ya se ha hecho muy largo. Seguiremos leyendo tebeos el próximo año y tuiteando sobre ellos. Demasiado viciado para dejarlo de golpe.


PD. Casi se me olvida, muy lejos de ser lo mejor del año, pero con mucho cariño, este año hemos vuelto a colgar un tebeo mal dibujado, ahí está Zizza!, para todos ustedes.

23 diciembre 2015

Y no hay quién lo pare (16 ya)


Ya estamos en estas fechas de nuevo, como de costumbre a toda velocidad...

Como mucho tiempo no tenemos, es lo que tiene el tener dos bichos generadores de entropía y absorbedores de tiempo, este año les he encargado a los calcetines viudos los que les digan

FELICES FIESTAS Y TODO LO MEJOR PARA 2016

Y que para todos las cosas solo puedan ir a mejor, y a disfrutarlo bien rodeados de seres queridos.

De momento nosotros ya estamos bien rodeados de biberones, pañales, dragones, dinosaurios, coches, piratas...

Y el año que viene tiene pintas de ser otro de esos bien entretenidos en todos los aspectos. Pues nada a disfrutar todo lo que sea posible.

Vamos que pacten lo que pacten, que sea todo lo antiliberal que pueda ser.

PD. Para saber más de calcetines viudos, pueden mirar un poco más abajo.

19 diciembre 2015

Medio Rey

Medio Rey de Joe Abercrombie, el primer libro de la trilogía fantástica del Mar Quebrado dirigida a un público juvenil, cosa que no está mal, ya que así uno se ahorra párrafos de violencia o sexo explicito metidas con calzador o grandes descripciones detalladas de la flora y fauna de mundos imaginarios, algo que se suele sufrir muchas veces en el género. Aquí la trama va directa al ajo, es ágil y se lee en un suspiro, quizás no sea muy original teniendo en cuenta el género que es, y el ritmo no sea del todo uniforme, dejando para el final una solución algo acelerada de toda la trama. Pero no se puede negar que la lectura es agradable y entretenida, y te engancha, porque aunque ya sabes a lo que vienes, es el tipo de historia Campbelliana que siempre acaba funcionando. Seguiremos por el siguiente sin duda.

18 diciembre 2015

Cómo funciona la música

Cómo funciona la música de David Byrne es un entretenido ensayo en el que el líder de los Talking Heads da su visión sobre el negocio musical, desde como la música se crea para los espacios donde va a ser tocada, a como se preparan las giras, como funciona el reparto del pastel de los discos, como ha cambiado el tema de la grabación y más temas. En general todo muy bien explicado y bien documentado, aportando su experiencia y mucho sentido común al tema. Y sin necesidad de ser un fan de su música el libro se disfruta y se aprenden cosas.

17 noviembre 2015

The Dark Forest

The Dark Forest de Cixin Liu. Segunda parte de la trilogía de los tres cuerpos. Como la primera parte no ha defraudado, de nuevo mantiene ese aire clásico de sentido de la maravilla, pero combinado con una mezcla de optimismo y pesimismo, tocando tantos temas, que dan de pensar. Y mucha acción, y buenas ideas de anticipación, y respuestas para temas como la paradoja de Fermi. Se le perdonan algún que otro planteamiento que flojea. Y sigue combinando ese aire clásico con su visión china. Ahora solo queda esperar a la tercera parte.

23 octubre 2015

Mercado de invierno

Mercado de invierno de Philip Kerr es una novela negra enmarcada en el mundo del fútbol. Vamos que más que centrarse en detectives, le da por escribir de entrenadores, y lo que envuelve el mundo del fútbol inglés, jugadores millonarios, agentes chanchulleros, oscuros dueños de clubs, entrenadores, envidias y tal. Mundo de corrupción que da para novela negra, y en este caso la misteriosa y violenta muerte de un famoso entrenador portugués, alter ego del number one es el centro de la intriga. En cuanto a lo negro, bastante típico y tópico, pero como viene adornado por todo el fútbol se hace entretenido de leer y te engancha. Y seguro que los más futboleros disfrutan más descifrando en quien se inspira cada personaje. Parece que el autor ya tiene dos más escritos con el mismo protagonista. Bien para pasar el rato.

05 octubre 2015

The three-body problem

The three-body problem de Cixin Liu. Ciencia ficción con aires clásicos de un escritor chino, pero con tan buena calidad que ha hecho sitio en occidente, con premios y todo. Y merecidamente, el argumento es original, en el sentido que coge un tema común del género y le da una nueva vuelta, es como el reverso hard de la frase de Clarke, toda tecnología superior es vista como magia, y tomada esa frase como argumento llevarlo a los extremos. Pero los extremos dentro de la ciencia ficción, y eso es mucha ciencia desde los conceptos más básicos hasta lo más enrevesado, y llenarlo de  sentido de la maravilla. Y todo junto con lo exótico que es verlo desde el punto de vista chino, con la revolución cultural de fondo. Pues muy bien, muy entretenida, en breve seguiremos con el segundo de la trilogía esperando que traduzcan el tercero pronto. Nos ha convencido.

03 septiembre 2015

The Heineken story

The Heineken story por Barbara Smit. La historia de esta marca de cerveza, 150 años de una compañía que se conoce en el mundo entero y sigue en manos de la familia que le dio nombre. Sobretodo gracias al nieto del fundador, Freddy Heineken, el tipo que supo ver que para vender cerveza lo más importante era el marketing, y a base de saber hacer marca se comió el mundo entero. Bueno, eso y más cosas. barbara Smit lo cuenta muy bien, y aunque sea historia industrial la verdad es que es entretenido, en parte porque el tema cervecero desde el punto de vista socio-económico y antropológico me llama y en parte porque ya sabía que Smit tiene mano para contar este tipo de historias, como demostró en la historia de la rivalidad de Adidas-Puma que ya habíamos leído anteriormente. En fin, interesante ver como ha evolucionado el capitalismo liberal tomando como referencia el mundo cervecero. Y tener claro como funcionan los mercados a gran escala. Hay una frase del libro que dice que cuando tres marcas logran concentrar el 90% de un mercado entonces los margenes de beneficio son brutales y valen la pena. Eso sólo ya explica mucho del oligopolio que asola nuestro país, en el que la variedad es escasa. Eso y ver como se metió en el mercado español para ser la segunda de esas marcas que se reparte el pastel también explica mucho de este país. Cuando ya tienes un buen producto el siguiente paso es marketing y más marketing y ampliar redes de distribución. En fin lectura cervecera, que es economía en realidad.