27 diciembre 2022

Algunos tebeos del '22

Volvemos a nuestra tradicional lista al cabo del año. Volvemos a seleccionar algunos de los tebeos leídos durante el año que más me han llamado la atención. Y tal como está el mercado apenas hemos leído ni un 5% de todo lo publicado, y eso son casi 200 tebeos. O el mercado está más que saturado o se ha ampliado la base lectora. O las dos cosas a la vez, seguramente. El manga vive otra época de ebullición masiva mientras el tebeo hecho aquí vive en la precariedad. Un mundo de extraños equilibrios. Y las plagas que siguen, pandemia, guerras, inflación. Y la vida, eso que te atropella mientras haces planes. Así que ha sido un año raro de lecturas, de sensación de haber leído buenas cosillas pero que será difícil de tener claro cuáles serán esos tebeos que perdurarán al tiempo. Y otra sensación que se repite cada año, la de dejar cosas en las estanterías de la librería, porque el dinero, el espacio, el tiempo son cada vez más finitos, y a veces el formato, el precio, el tema o la coincidencia de títulos hace que allí se queden, cada vez más en la librería. Todo esto para decir lo de siempre, esta selección es personal, totalmente personal, solo refleja mis lecturas, que se acercan a mis gustos, y son los mismos que todos los años.

Así que como siempre, lista numerada pero sin clasificación. 10 títulos nacionales, tal como entiendo yo que sea un título nacional (y en eso soy poco ortodoxo y me hago pocos problemas).  Otros 10 de procedencia europea, 5 para los que vienen de los Estados Unidos o del resto del mundo, a excepción del manga, que tiene sus otros 5 seleccionados. El formato que he convertido ya en tradición en este blog.

#Nacional

Vamos a ello:

  1. La Falla de Carlos Spottorno y Guillermo Abril. Nueva colaboración entre Abril y Spottorno, que combina esas fotografías con la narración de las cicatrices del continente. La frontera entre Austria e Italia, mirar al pasado para plantear el futuro.
  2. Grito nocturno de Borja González. Es tan bonita la línea clara de González, tan precisa, que te deja atrapado y caes sin remedio en los brazos de sus brujas, de sus fantasmas, de sus historias de memoria y de la vida misma.
  3. Sexo de mierda de Camille Vannier. Recopilatorio de esas anécdotas escatólogicas, vergonzantes y terriblemente divertidas alrededor del sexo y ese dibujo a lápiz de colores que las redondea.
  4. Garafía de Elías Taño. No es novedad del año, pero no podíamos dejar pasar esta historia de memoria histórica, de los que tuvieron que irse a buscarse la vida y de las que se tuvieron que quedar y buscársela a solas. Y con un estilo gráfico tan personal como atractivo.
  5. La pequeña genia y la partida de shantraj de Álvaro Ortiz. Un fijo en mis gustos, esta vez con un tebeo para peques de todas las edades, un cuento oriental con su sello personal. Divertido e ingenioso.
  6. Loba boreal de Núria Tamarit. Otra revisitación al mundo clásico, en este caso al norte de Jack London y la fiebre del oro pero con un punto de vista femenino y feminista. Y con esos colores maravillosos de Tamarit.
  7. Chacales de Nadia Hafid. La fría y geométrica línea de Hafid de nuevo dando un tajo certero a la sociedad que nos rodea; la soledad, la salud mental, la ira.
  8. Una tarde con Himmler de Alfonso López. Completa la trilogía con la que explica el pasado mezclándolo con los personajes clásicos de Bruguera. En está ocasión las hermanas Gilda de Vázquez se cruzan con los hermanos Marx y con Himmler, y recupera ese humor absurdo en un nuevo tebeo que demuestra la mucha vida que todavía tienen nuestros clásicos.
  9. Un viaje por las letras de Pedro Cifuentes. Un repaso a ritmo frenético a la historia de la literatura con lo básico para los jóvenes y con un soporte gráfico que no son solo dibujos acompañando a un texto.
  10. Superlópez. Sueños Frikis / Deikoon. Las futurísticas aventuras de Rich Tex Format de Jan. Este año hemos despedido con tristeza las aventuras de SuperLópez, con una aventura de fantasía épica. Por suerte no nos hemos despedido de Jan, que sigue en forma ofreciendo nuevos tebeos con su dinámico dibujo.


Algún tebeo más ha habido como el Rara avis de Raúl Deamo y Tyto Alba o el Diez mil elefantes de Pere Ortín y Nze Esono Ebalé que combinados sirven para repasar el pasado colonial español en Guinea. Otro cuento de fantasía con nuevas miradas como el Espada de Anabel Colazo. Y otros que se habrán quedado por leer.

#Europeo


  1. Atom Agency 2. Pequeña Escarabajo de Yann y Olivier Schwartz. De nuevo aquí con el segundo volumen de la serie, mucho más centrados en los personajes que en la trama y aún así una delicia de línea clara y aires clásicos de BD.
  2. El árabe del futuro 5 de Riad Sattouf. Sigue la saga familiar de Sattouf, con su entrada en la pubertad y un giro familiar con su padre que revela mucho del porque de la serie.
  3. Un año sin Cthulhu de Smolderen y Clerisse. Tercera década que tratan los autores, con ese estilo que refleja la época y una historia de misterio, con videojuegos, rol y monstruos ancestrales.
  4. Seguir dibujando de Coco. Impresionante relato en primera persona de Coco de los atentados de Charlie Hebdo y sus profundas heridas. Como el dibujo es su única tabla de salvación. Coco es una dibujante increíble y relata con una potencia que te deja tan absorto como tocado.
  5. Lucky Luke Choco-Boys de Ralf König. Pues ha encajado perfectamente el universo de Lucy Luke y el de Ralf König; mucha ironía, buenos gags, homenajes y guiños y sobre todo mucha tolerancia. Que lujo poder juntar buenos autores y buenos personajes.
  6. El cantar de Renart de Martis y Martin. Recuperan las leyendas medievales francesas sobre el astuto y taimado zorro para los nuevos lectores con un dibujo de ambiente invernal minimalista fantástico.
  7. Hypericon de Manuele Fior. Manuele Fior cruza el descubrimiento de la tumba de Tutankhamen y una historia de erasmus y amor en Berlín a finales del siglo XX. Y a parte de hacerlo bonito, algo erótico, y con guiños arquitectónicos, todo tiene sentido aunque el destino sea algo incontrolable. Apunténselo para cuando salga traducido. Y atentos también a lo último de Zerocalcare y de Igort, que visitarán Barcelona próximamente con tebeos contundentes.
  8. La venganza de los bibliotecarios de Tom Gauld. Recopilatorio de sus tiras literarias, con escritores, bibliotecarios y lectores como fuente de su humor minimalista fino y agudo.
  9. El mundo sin fin de Jean-Marc Jancovici y Christophe Blain. Blain ilustra con soltura y mucho humor las tesis de Jancovici sobre el cambio climático, la crisis energética, y su polémico planteamiento de la energía nuclear para equilibrar el sistema. Imprescindible para pensar y leer con sentido crítico.
  10. Raowl 2. Piel de Asno, la princesa que apesta de Tebo. Otro que repite con el segundo volumen, que sigue las aventuras del violento Raowl en ese universo de fantasía grimdark y humor grueso para todos los públicos que ha creado Tebo. Ahora se encontrará con otra princesa que está a su altura y que desde luego no necesita ser salvada.

Como ven, muchos nombres repetidos en las listas de cada año, con temáticas similares. Tras tantos años los gustos son los gustos, y aún podríamos añadir otros habituales como el Siempre nos quedará Pamplona de Jason, La Mazmorra de Sfar, Trondheim, Walter, Andreas, Blanquet y otros tantos. Y también el tebeo alemán como el Vatermilch de Uli Oesterle y Les metamorfosis de la Selma 1. Vida gossa de Anne Becker y Martin Baltscheit.

#Americano (y resto del mundo)

  1. Túneles de Rutu Modan. El regreso de la línea clara de aires clásicos de Rutu Modan con una comedia de enredos llena de personajes estrafalarios y de cargas de profundidad sobre la sociedad israelí. Con un ritmo muy de película, como si los Coen adaptasen a Berlanga.
  2. Grip de Lale Westvind. Totalmente hipnótico este tebeo de Westvind, un relato sin palabras de empoderamiento y conjunción de la naturaleza que une el primitivismo cósmico con la idealización de las mujeres soviéticas.
  3. Laberintos de Charles Burns. Charles Burns vuelve a hacer un tebeo de Charles Burns, con esa alienación social de la adolescencia, ese gusto por la cultura popular y esa lectura crítica de la sociedad. Aquí también añade toques de nostalgia y de autobiografía. Pero Burns es siempre bello.
  4. Olot de Dr. Alderete. Desde bien lejos el argentino Dr. Alderete nos muestra lo extraño que tenemos al lado de casa y lo hace con un diseño apabullante en un tebeo que te sumerge gráficamente en los misterios de la ciudad volcánica.
  5. Escucha, hermosa Márcia de Marcello Quintanilha. Una historia de amor materno y orgullo de barrio en las favelas de Río de Janeiro con la que Quintanilha lo vuelve a romper con su ritmo cinematográfico y un uso del color inverso y tropical que le dan un tono que amplifica el giro al thriller que construye. Autor brasileño afincado en Barcelona que publica en Francia y gana Angoulême, la globalización.

Y poco más en esta sección. Si seguimos sin superhéroes, seguro hay tebeos indies americanos que ven en otras listas y que por aquí no hemos leído. C’est la vie.

#Manga

  1. Cuentos de un pasado lejano. Konjaku Monogatori de Shigeru Mizuki. Solo por leer la historia de una mujer embarazada por un nabo ya valdría la pena este tomo con las adaptaciones del Konjaku Monogatari de los siglos X-XII, lleno de pícaros y fantasía de la mano del siempre maravilloso Mizuki.
  2. Ashita no Joe de Asao Takamori y Tetsuya Chiba. Este boom del manga en el que surfeamos hace que al fin lleguen clásicos como este Ashita no Joe, un manga con un dibujo clásico y unos personajes super intensos en torno a darse guantazos unos a otros. Los primeros tomos es como leer una versión manga de un indomable a lo Paul Newman,
  3. Flores Rojas de Yoshiharu Tsuge. Que bestia del talento Yoshiharu Tsuge en estos pequeños relatos en los que saca una extraña ternura poética de la miseria de los más desfavorecidos y de la que solo puede huir a través de la naturaleza y el paisaje. Un manga Zen con mala leche indispensable.
  4. Haikyû de Haruichi Furudate. El spokon del momento, el voleibol se ha puesto de moda en mi casa, entre el manga, el anime. Y de momento he de decir que es un manga deportivo al uso que sabe ser original y fresco.
  5. Tokyo Revengers de Ken Wakui. El éxito entre la juventud, rompe listas, la historia de adolescentes delincuentes super intensos, modelitos a la última, muchas toñas como panes y lagrimones a doble página. Se lee en un suspiro y te engancha como nada.

Y en esta ola, muchos mangas que se quedan por leer, y es que ya tenemos trabajo con seguir muchos de los habituales ya fijos como Yotsuba de Kiyohiko Azuma, las nuevas de Naoki Urasawa, Asadora y Mujirushi, la sorpresa que esta siendo Heavenly Delusion de Masakazu Ishiguro (en la selección de Angoulême) o lo curioso de El incidente Darwin de Shun Umezawa. Lo trepidante que esta siendo el final de Golden Kamuy de Satoru Noda. Siguen entretenidas a su ritmo Under Ninja de Kengo Hanazawa y Atelier of Witch Hat de Kamome Shirahama. El manga underground y más zen de La cantina de medianoche de Yaro Abe o la Nieve roja de Susumu Katsumata. La historia del manga en Losers de Kouji Yoshimoto. Y otros clásicos más populares como Dr. Slump de Akira Toriyama (en català, no pot ser d'altra forma) y de Capitán Tsubasa de Yôichi Takahashi. Será por mangas.

Y hasta aquí la tradicional selección de lecturas del año. Como de costumbre una selección personal lejos de ser un canon. Ya saben las listas describen más al que las hace que a los que salen. Que hay buenos tebeos que se quedan por leer, pues ya los leeremos, o no. Don’t believe the hype, y cada vez más asumir que no hace falta llegar a todo, porque es imposible. Y que es mejor no hacerlo.

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