Tres enigmas para la Organización de Eduardo Mendoza. Un libro de investigadores secretos en tono de humor, con la marca del autor, navegando por esa Barcelona de fondo, más absurda que real, con una crítica muy de fondo, sin mojarse mucho. La organización es una agencia de seguridad creada en los resquicios del franquismo y todavía en funcionamiento no se sabe muy bien porque, con personajes muy variopintos como agentes encargados de casos que nadie se encarga y con soluciones muy prosaicas y medios más que escasos. El agente nuevo que nos sirve para introducirnos en la Organización es un expresidario divorciado padre de un adolescente, y así más o menos el resto de personajes enfrentados a tres casos que el jefe parece tener claro que aunque extraños entre ellos están relacionados. Y así va avanzando la trama, con personajes que no cuadrarían en la imagen de espías que nos ha dado el cine de acción y que tienen vidas algo tristes, en ese humor de Mendoza. Lo que pasa es que si no entras en el juego, al poco rato esos retratos y esa aventura se hacen tediosos, tienes la sensación de estar leyendo una típica aventura de Mortadelo y Filemón en la TIA pero sin la parte de humor de golpes y tortazos, y queda como algo conocido pero descafeinado. Al final queda una historia ligera, bien escrita, pero que acabas por inercia.
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