29 diciembre 2025

Algunos tebeos del '25

Pues de nuevo estamos aquí, al cabo de otro año con nuestra tradicional lista de tebeos leídos. Ya saben la selección personal e intransferible de las lecturas que me gusta destacar entre todas las hechas durante el año. Y como digo siempre, y si no lo saben repasen la intro de años anteriores que si no me repito mucho, no van a encontrar los mejores tebeos del año, si no los que me han llamado a mi la atención de entre mis limitadas lecturas, unos 232 tebeos este año, y de mis gustos adquiridos, que uno es señor viejo y tiene adquiridas ya muchas manías y filias que ya van a ser difíciles de dejar a un lado. En resumen, van a ver muchos nombres conocidos y van a echar en falta tebeos que yo también puedo lamentar haber dejado en estanterías a la espera de mejor momento y circunstancias. Y aun así hemos leído muchas cosas interesantes.

Así que como siempre, lista numerada pero sin clasificación. 10 títulos nacionales, tal como entiendo yo que sea un título nacional (y en eso soy poco ortodoxo y me hago pocos problemas). Otros 10 de procedencia europea, 5 para los que vienen del resto del mundo (o no, ya veremos, y abandonamos ya la exclusividad para los tebeos de los USA, ya hablaremos), a excepción del manga, que tiene sus otros 5 seleccionados. El formato que he convertido ya en tradición en este blog. Vamos con la lista. 

# Nacional

  1. Don Talarico. El reconquistador de Jan. Que sigue en forma y siendo regular en su producción, en este álbum con nuevas aventuras de Talarico, reconquistando por tierras zamoranas, jugando con el lenguaje, con las yuxtaposiciones entre el pasado y nuestro presente, dominando el gag como siempre y con unos caballos gloriosos. Pero de Jan también ha salido Oneie en sus mundos, una versión para el siglo XXI de Pulgarcito y la recuperación de los Últimos de Villapiñas. Sin olvidar la recopilación cronológica de los primeros 20 años de Superlopez. Los fans de Jan hemos tenido material de sobra.
  2. Benito Boniato de los Hermanos Fresno. Más recuperaciones de cómic de los 80, en este caso Benito Boniato, uno de los últimos grandes personajes de Bruguera, un personaje que tenía aires modernos y mucha influencia francobelga y que despierta cariño con sus historietas.
  3. Black Metal de Magius. La historia negra del metal noruego en los años 90, como un documental sin necesidad de tener que inventarse muchos de los sucesos pero contado con niños para reforzar la absurdidad de los comportamientos de las estrellas de una escena musical muy peculiar. Otro tebeazo de Magius.
  4. Margarita contra los vampiros de Javier Pérez Andújar y Raquel Gu. Un viaje a través de Europa, a ritmo de juego de oca, jugando con las palabras y las referencias de una cultura compartida. Puro universo Andújar al que se suma Gu para jugar con el medio.
  5. En vela de Ana Penyas. Un nuevo tebeo de retrato social de Penyas, con un dibujo más directo y expresionista, más oscuro por lo nocturno del tema, la plaga de insomnio que nos acompaña, como un efecto colateral de la enfermedad del capitalismo desbocado en el que nos hallamos sumergidos.
  6. Caridad del Río de Pep Brocal. A veces es difícil decir quienes hacen la historia y quienes la sufren. Pero sin duda Caridad del Río es todo un vector de la historia del siglo XX, con una vida tan trepidante como el ritmo que ha de seguir Pep Brocal para contarla, con una paleta de bases ocres y variedad de formatos de páginas.
  7. Historias del Punk de Carlos Azagra y Encarna Revuelta. Nadie que no fuesen ellos podrían hacer este repaso a lo que ha sido el Punk en nuestro país, con los personajes más carismáticos de sus manos y su estilo inconfundible.
  8. La cita de Pau Valls. Línea clara estilo indie noventero, bonitos colores planos con los que consigue crear las atmósferas precisas, y unos protagonistas perdedores que no están preparados para las vueltas que les depara el destino en este thriller con final sorpresa.
  9. Palindrotiras de José Pablo García junto a ROF y Peramento. Un extraño y delicioso artefacto en el que se recorre la historia del cómic y del humor gráfico para contextualizar cientos de palíndromos.
  10. Heura de Màriam Ben-Arab y Volker Schmitt. Aparecida en Cavall Fort, una serie infantil dibujada con un dinamismo envidiable y con un tema de post-apocalipsis climático que no son habituales para los lectores más pequeños.

Los diez de la lista serían estos, pero hay más sospechosos habituales con nuevas obras destacables, como el Tensión de rotura de Antonio Hitos, de nuevo física y minimalismo para hablar de fotones, glitch, soledad y memoria, Las locuritas de Úrsula de Sergi Puyol, las desventuras de una traductora, el Mala olor de Nadia Hafid, más minimalismo y acoso laboral, o el No sé, pero… creo que moriré de Lorenzo Montatore, collage y dibujos para hablar de la muerte desde la memoria infantil, ejemplos de autores capeando con el angst contemporáneo. Más tebeos bonitos como Le llamábamos Bebeto de Javi Rey, memorias de primer amor en los 90 en la costa de la Barcelona metropolitana. Las cinco banderas 2, rebeldes con causa de Pau, continuación de las desventuras de su abuelo tras la Guerra Civil. Y el spin off Blacksad Stories: Weekly de Juan Díaz Canales y Giovanni Rigano, el dibujante es italiano para guiones de Canales, que siguen ampliando el universo Blacksad. Hay más tebeos, pero estos seguro que son buenas lecturas.

# Europeo


  1. Lucky Luke Integral de Goscinny y Morris. Si en el nacional empezamos por clásicos, aquí también tenemos otro clásico recuperado en dos integrales, las primeras historias de Lucky Luke con guión de Goscinny y arte de Morris, definiendo a una leyenda del cómic. Pero también el Lucky Luke en bicicleta de Mawil o el muy irónico de Bouzard.
  2. La gran negación de Roberto Grossi. Como nos estamos cargando el planeta y como no todos somos igual de responsables aunque nos hagan creer otras cosas. Y todo dibujado con claridad y belleza desde Italia por Grossi
  3. Como los ricos saquean el planeta y cómo impedírselo de Hervé Kempf y Juan Mendez. Más documental, más directo en mostrar la desigualdad que también afecta al cambio climático con conclusiones tan contundentes como necesarias para la concienciación ante un problema que nos amenaza a todos. Los dos complementarios y necesarios. 
  4. Muerte en Trieste de Jason. Historietas llenas de surrealismo, dadaísmo y New Wave en el cocktail habitual de referencias pop y aventuras pulp servidas con minimalismo y ese arte en las elipsis que hacen que los tebeos sean tebeos y Jason uno de nuestros autores favoritos. 
  5. Les tres reines de Magali Le Huche. Con frescura y optimismo cuenta una aventura juvenil de empoderamiento contra el concepto de belleza normativo y el bullying. Mucho optimismo basado en una historia real.
  6. Hilda & Twig se refugian de la lluvia de Luke Pearson. Regreso de las aventuras de Hilda, ya un personaje mediático, con  un dibujo más cartoon y una aventura para un público más infantil, pero siempre una delicia.
  7. Vivir y trabajar de Fabien Toulmé. Un reportaje gráfico con viajes a tres destinos bien diferentes como son los Estados Unidos que sufría la ola de dimisiones tras la pandemia, la explotación turbocapitalista de los repartidores en Corea del Sur y las alternativas colectivas que surgen en las Comoras. Una interesante reflexión.
  8. La nueva frontera de Blutch. Mostrando como siempre su dominio del dibujo en una historia que reflexiona sobre el amor y la pasión haciendo un homenaje a la psicodelia de la BD de los años 60.
  9. Física para gatos de Tom Gauld. Recopilatorio de sus viñetas de humor científico, con su estilo habitual del que somos fans desde hace tiempo, y que va a ser otro de los fijos en estas listas.
  10. Aurora y el Orco de Lewis Trondheim. Pensado para los más jóvenes pero divertido para todos, siempre divertido Trondheim jugando con el género fantástico, en esta ocasión un Orco que llega como nuevo compañero de clase de Aurora, y que le llevará a vivir unas inesperadas aventuras. De Trondheim también hemos disfrutado del primer tomo integral de Ralph Azham, el camino del héroe en versión grimdark a lo Trondheim con sus giros y humor negro y su increíble habilidad para crear mundos y jugar con ellos. Y el regreso de la Mazmorra junto a Sfar, Boulet, David B. y Quignon, para seguir con la vida de los protagonistas, con más drama, más violencia y un tono mucho más grimdark que deja al humor como un fondo sútil. Esperemos que el próximo tomo no tarde mucho. Y también La maledicció de Castelmaure junto a Alfred, otra vuelta a la fantasía medieval con el bonito dibujo de Alfred. 

Algún otro tebeo destacable de procedencia europea como las nuevas de Max Fridman de Vitorio Giardino, I cugini Meyer. Sentimientos encontrados con el retorno de elgafe que quizás haya que entenderlo más como un homenaje de Delaf a Franquin, el dibujo es conseguido y es divertido. Pero probablemente no debería existir y esperemos Dupuis así lo entienda. O delicias juveniles como Yasmina y los comedores de patatas de Wauter Mannaert, Cartes d'amor de 0 a 10 de Thomas Baas y Susie Morgenstern, Pepín y Olivia. La gran fiesta de nada de nada de Camille Jourdy o el Fibi de Jerémie Moreau. Y las versiones de Spirou y del Marsupilami de Flix, de momento sin traducción al castellano.

# Mundo

 
Hay que reconocer que muchos, muchos, tebeos del resto del mundo no llegan, ni me llegan tantos, algunos interesantes esperan todavía en las librerías. Caso a parte los Estados Unidos, de los que la divergencia cultural entre lo que ofrecen y lo que me interesa va creando un abismo mayor. Así que se hace difícil destacar cinco, y pasamos de enumerarlos. Podemos resaltar  Dibujo del natural de Jaime Hernandez, sigue la vida en el valle, las protagonistas de siempre tienen sus vidas estabilizadas y la juventud viene empujando. Y el arte de Hernández siempre excelso, historias de amor en otra línea temporal donde parece que no ha habido pandemia. The Illusionist de Ruan Guang-Min, historias de costumbrismo en los 80 en un barrio comercial de Taiwán con un toque fantástico, de realismo mágico asiático. De Nueva Zelanda, la fantasía cozy de Una canción para dos de K. O'Neill, que presenta otro de esos mundos fantásticos donde querríamos vivir, con caballos alados para proteger pastores y sin conflictos testosterónicos, solo gente amable buscando su lugar en el mundo. Tan bonico como siempre.

# Manga

  1. Ao Ashi de Yûgo Kobayashi. La serie que más ganas tengo de leer en cuanto entra en casa, las aventuras de fútbol moderno y la devoción de Kobayashi por el Barça me atrapan mucho, y sus exageraciones me hacen mucha gracia.
  2. Tragones y Mazmorras de Ryoko Kui. Hemos concluido la lectura de está saga de mazmorreo mezclado con toques culinarios que iniciaba ingeniosa y acaba inesperadamente con giros metafísicos sobre lo que nos hace humanos. Muy buen trabajo de Kui que además tiene un arte excelente, también disfrutado en el libro de arte Dream day hour.
  3. Sigue las nubes del nornoroeste de Aki Irie. Curiosa serie que nos ha enganchado desde el costumbrismo turístico de los protagonistas en Islandia, y ese thriller con hermano misterioso. Enganchados, y sufriendo la tranquila cadencia de Irie.
  4. Hirayasumi de Keigo Shinzo. Lo leemos con impaciencia para ver cómo le va a la familia. Porque los personajes de Shinzo son ya de la familia, y sus vidas normales y su costumbrismo nos da paz. Por fortuna hemos tenido más dosis de Shinzo, como los 3 tomos de Tokyo Alien Bros, costumbrismo con un humor más gamberro y los relatos cortos de You have no reaction, donde se pone en contexto la creación de Hirayasumi, que ya tiene serie de televisión.
  5. La conserje de los grandes almacenes de Tsuchika Nishimura. Más costumbrismo pero con un toque bizarro, extraño, de eso que solo puede pasar en el manga, mezclar animales en peligro de extinción como clientes a agasajar en un centro comercial. Y que funcione creando un manga lleno de ternura y amabilidad.

Pero hay mucho más manga, de hecho 109 tomos de 38 series o números sueltos hace que casi la mitad de mis lecturas sean mangas, nadie puede negar que los japoneses están ganando mucho espacio en nuestro entretenimiento. Así que hay series como Fumando juntos detrás del super de Jinushi, con esa comedia romántica estancada que está entretenida. Y series que ya hemos destacado y siguen su curso; Asadora de Naoki Urasawa, Heavenly Delusion de Masakazu Ishiguro, La cantina de medianoche de Yaro Abe, Under Ninja de Kengo Hanazawa, Atelier of Witch Hat de Kamome Shirahama, El incidente Darwin de Shun Umezawa. El clásico Joe del Mañana de Asao Takamori y Tetsuya Chiba, que siempre hay que recordar. Y el mazmorreo clásico de Tower Dungeon de Tsutomu Nihei, o mangas curiosos como ese recopilatorio de historias cortas con mucho sentimentalismo y toque fantástico que es La stufa in riva al mare de Kogani Oshiro. Mucho manga, mucho destacable, la variedad y cantidad de la oferta hoy en día hace que la elección pueda ser amplia, muy amplia.

Y como resumen de otro año de lecturas (y ya van 17) ya estaría bien. Algunos tebeos de 2025, no están todos los que son, es prácticamente imposible leer todo de todo, pero si que son todos los que están, y son unos cuantos y variados. Ahora a ver que lecturas nos deparará el nuevo año. 

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