13 diciembre 2011

De pubs por Dublin

Pero que es lo más típico de Irlanda, y por ende de Dublin, algo que se ha exportado a todo el mundo, y no solo por la nostalgia de los miles de inmigrantes que han tenido que dejar el país a lo largo de la historia, sino por algo único, eso que llaman the craic, y que intentan exportar como eso que solo se puede experimentar en un pub irlandés. Había que comprobar si los que se encuentran en cualquier ciudad son como los auténticos, y es que ir de cervezas en Dublin, no es ir de cervezas, es ir de pintas, ir de pubs. Y unos cuantos si que pudimos visitar, no los miles que seguro hay, ni los más auténticos, pero si unos cuantos característicos, más o menos turísticos, pero con seguro con pintas. Eso sí, ni el más turístico no contaba con una buena representación de parroquia local, no se si porque no es todavía como Barcelona a nivel de turismo, donde la cantidad de visitantes ya ha provocado la segregación de ciertos locales, donde si eres un local no pisarás, o por que realmente eran pubs que valen la pena todavía para la gente del lugar. De todas formas estos son en los que nos tomamos unas cervecicas.





The Porter House, es la segunda brewery de la ciudad, hace muchos estilos de cervezas, y en este pub, el más grande de los dos, las sirven de barril, y se pueden probar en sets. El local tiene varias plantas, y en una de ellas hay música en directo, algo inevitable en casi todos los pubs de la ciudad, y es que en Irlanda los músicos se pueden ganar la vida a base de pubs, ojalá eso fuese posible también por aquí, aunque... a veces se puede hacer algo pesado. Pero bueno en Irlanda llueve la fiesta se hace dentro, por aquí tenemos las orquestas de fiesta mayor... Volviendo a la cerveza, hay algunas que vale la pena probar, como lal Oyster Stout, que tiene un gusto bien particular. Y si no tienen una buena carta de cervezas.





Messrs Maguire, otro pub que sirve su propia cerveza, que hacen ellos mismo, también se puede probar en set, y acompañar de una buena tabla de quesos, algunos de ellos locales, y es que Irlande tiene buenos productos lácteos. La cerveza de temporada que tenían, Ju Ol, una lager oscura estilo escandinavo estaba bien rica, para repetir.




Uno de los más turísticos, fotografiados, céntricos, y inexcusables aunque caro, y Dublin no es una ciudad barata precisamente, es el Temple Bar, que lleva el mismo nombre o da nombre al barrio entero, la zona del centro lleno de pubs y restaurantes, música en vivo, muchas salas, patio interno para fumadorres, mucho ambiente, lleno de gente a petar...




Farrington's, también en la zona del Temple Bar, también con música en vivo, la curiosidad es que la selección de cervezas es algo más amplia, y se puede ir más allá de la Guinness y marcas de la cuerda.



Más cerca del Trinity College esta el Oneill's,  grande, y laberíntico, nos ponemos en la barra, y cantidad de tiradores, por suerte además de los clásicos se encuentran tiradores de micros irlandesas, rico, y el ambiente   bastante local y auténtico, con ese dublines que se sienta en la barra y se toma sus pintas de sidra en silencio y contemplativamente, mientras el camarero charla animadamente con otro viejete, y se acerca la irlandesa de turno a por su gintonic de casi litro, y rodajita en la naranja, y luego chapurrea italiano, español e incluso duda del inglés.


A la hora de comer pasamos por The Oval, un pequeño pub para lo que es la norma por aquí, donde tomamos un estofado típico del lugar y su cervecita, cuando pudimos llamar la atención del camarero que como el resto de la parroquia local seguía con gran interés el debate del presupuesto en la tele, como si de un partido de fútbol fuese, cosas de la crisis, que por aquí también ha pegado fuerte.





Otro de los pubs para turistas, The Brazen Head, el más viejo de Dublin, desde 1198 han estado vendiendo bebidas en el mismo lugar, cosa que no esta de más saber por si alguna vez viajamos en el tiempo, tener unas coordenadas donde seguro puedes pillar una cerveza nunca está de más. PArece que Joyce también lo menciona en alguno de sus libros.





Cerca de Grafton Street, the Bruxelles, otro pub tradicional, con varios pisos, y estatua de Phil Lynott, el local esta curioso, con dos plantas, abajo con billares, eso si cerveza limitada a las de Guinness.




John Kehoe's otro cercano, muy pintoresco y con una sala superior que todavía conserva algo del ambiente cuando era una salón de los publican's, como han crecido los pubs hasta expanderse por todo el edificio.



Y para acabar The Duke, bien grande, y con poca gente, se nota que era un lunes ya tarde por la noche, cuatro locales y algún turista para tomarse la última pinta.

Y estos son los que probamos, de los cientos que hay por la ciudad, de los que se pueden visitar, porque cada uno tiene su que, su historia. Ahora se entiende porque está fama de los pubs irlandeses por todo el mundo, las imitaciones no son malas, pero solo son aproximaciones a lo que se ve por allí, como no puede ser de otra forma, porque aunque sean similares les falta al cultura que les acompaña, sin ir más lejos la cultura de bar por aquí también es extensa, pero es otra cosa, que no ha sido tan exportada, hasta ahora. En Dublin había ya un Salamanca Tapas Bar...

12 diciembre 2011

Guinnes Storehouse


El foco del turismo en Dublin es sin duda la fabrica de Guinness. Bueno la fábrica y almacenes y calles poco turísticas es lo que ves hasta llegar al Guinness Storehouse, un edificio de la antigua fabrica reformado para ser el centro de visitas de la marca en la capital irlandesa. El edificio en si es curioso ya que tiene una especie de hueco central en forma de vaso de pinta.

Pero una vez allí todo empieza a ser el universo Guinness que se espera, como un parque de atracciones de la cerveza.

Botellitas de colores, y lo primero que hay tras la entrada es la tienda, o sea que se sale por donde se entra...

Una de las curiosidades de Guinness, el contrato de alquiler del espacio donde tienen la fábrica, que no es pequeño y ocupa un buen trozo de la ciudad, no es de Guinness esta alquilado para nada menos que 9000 años, a 45 libras el año, no hizo mal negocio el señor Arthur Guinness. Ahora el show será de aquí a 9000 años, que no nos renuevan el contrato? Pues deslocalizamos a Marte...

Guinness, Irish, casi sinónimos, o ya quisieran, la primera parte dedicada a los ingredientes de elaboración de la cerveza, un deposito lleno de malta, sin tostar todavía, unos paneles con lúpulo, de plástico que desilusión, una caja fuerte donde obviamente no hay la levadura de verdad ni de coña, y una cascada para representar el agua, montaje audiovisual, todo bonito, pero demasiado artificial, pierdes el punto de autenticidad, y eso que la fábrica no esta ni a 10 metros de verdad.

El quinto ingrediente mágico de Guinness es el brewer, primero el señor Guinness, cuya firma se puede ver en las botellas y latas de la marca, y en este caso en un libro contrato original. Luego exposición sobre el proceso industrial, los disitntos pasos de elaboración, modernos y maquinaria antigua, los antiguos barriles, el transporte de la cerveza hasta los puertos...

Y a mitad de camino, una pequeña pausa para probar el líquido oscuro (rojo rubí si se mira a mucha trasluz), y hay que reconocer que no esta nada mal.

Y se continua subiendo las diferentes plantas del edificio para ir viendo las distintas exposiciones, llegando a la de las botellas, y publicidad de la marca, aquí si que hay cosas curiosas.

El Tucán, convertido en una de las mascotas más reconocidas de la marca.

Y muchas etiquetas.

El arpa símbolo de la marca, esta no es la original, la original esta en el Trinity College, que es la más antigua de Irlanda, y símbolo de la ciudad.

Y más publicidad, con el mítico tucán,

Y arriba del todo, indicaciones contra físicas de la gravedad. EN la penúltima planta hay varios restaurantes y salas de convenciones, pero arriba de todo esta el Gravity Bar, un mirador circular con vistas a toda la ciudad, y es donde te sirven la pinta oficial que incluye la entrada.

Y desde arriba se pueden ver vistas como la del viejo molino de la fabrica, ahora sin aspas, pero que es una de las torres altas de la zona. Esto esquivando un poco a la gente, que el local suele estar lleno de gente.

Pero hay espacio para acercarse a la barra y ver el preciso proceso antes explicado de como hay que tirar una pinta de Guinnes, poco a poco, primero el vaso a 45º, después se llena hasta casi arriba, y hay que dejarlo reposar 119.5 segundos, durante el cual se ve el cambio de color espectacular de esta cerveza y su espuma nitrogenada, luego se acaba de llenar la pinta y se ofrece al cliente.

Y dos pintas perfectas de Guinness, a la temperatura ideal, servida de forma espectacular, de barril que no ha viajado ni un kilómetro desde donde ha sido elaborada, con esa espumita, en ese lugar, si no te gusta aquí es que no te gusta en ningún lugar, y he de reconocer que así si que estaba rica, me ha reconciliado con las stouts, y las cervezas negras de nuevo.

Y mientras se disfruta de la pinta, se disfruta de las vistas sobre la ciudad, y con un poco de suerte y paciencia incluso puedes sentarte cerca de una ventana a disfrutar tranquilamente de la cerveza que has estado esperando un rato.

Luego descenso de nuevo, algo más de publicidad, la que ilustró Gilroy, pasamos para comer algo, que se ha hecho tarde, probamos otra Guinness, y pasear por los mil productos de merchandising de la marca que hay, y que forman parte de su leyenda como cerveza.

Y con esto salimos, y de nuevo pasamos por más calles con tubos y puertas, donde de verdad se fabrica el líquido oscuro que se asocia a Dublin e Irlanda de forma inequivoca. No está mal la visita, aunque la visita a la fabrica Carlsberg me gustó algo más. Quizás demasiado parque temático esta, algo más que otras que hemos visto, pero si eres turista en Dublin no te queda otra que pasar por aquí, que tampoco está tan mal.

11 diciembre 2011

Puertas de Dublin


Pero quizás una de las cosas más pintorescas de Dublin sean las puertas de colores. Las hay en las casas semiapareadas para la clase obrera.


Y las hay en las casas más señoriales o con más pisos. Supongo que es un buen truco dado que todas las calles y todas las casas se parecen y si vuelves con más de tres pintas encima no esta mal saber orientarse por el color de la puerta de tu casa.


Y esta última ya del todo navideña, no es un montaje, son dos puertas juntas tal que así.

10 diciembre 2011

Dublin (II)


Más cosas de Dublin. St. Stephen's Green bajo la lluvia, un parque que parecía majo, aunque lo debe ser más en verano que en pleno invierno bajo la lluvia.


Un bidón de agua bendita en la iglesia donde esta enterrado San Valentín. Cantidades industriales para un país católico.


EL Irish Museum of Modern Art, en el antiguo Hospital Real de Kilmainhaim, ibamos con ilusión, pero todo cerrado por reformas, así que nada, excepto una galería anexa con una exposición de obras de Rivane Neuenschwander, brasileña, obras con cierta interacción con el público muy curiosas, como una con cintas con deseos escritos, tu cogías un papel escribías el tuyo y lo intercambiabas por el de otra persona, que te gustase, se supone basado en una tradición de una iglesia brasileña. Esto de los museos medio cerrados, si ya hay pocas cosas... La NAtional Gallery tenía cosas interesantes, romantecismo irlandés, y obras de los nombres importantes, pero la mitad de las salas también cerradas. Una lástima que desluce la visita.


Puente sobre el río Liffey que atraviesa Dublin. Este el James Joyce Bridge, que por la forma es clavado al de Barcelona pero en pequeño, no podía ser de otro que el poco original Calatrava.


El árbol de navidad frente la oficina de turismo en la zona más comercial de la ciudad. De hecho una de las más transitadas de Europa, por una de sus calles dicen pueden llegar a pasar 16000 personas a la hora...


Stephen's Green Shopping Centre, centro comercial de los 80 hecho como si fuese de principios de siglo, curioso, localizado en la otra parte de la zona comercial.


Una farola con tréboles, como no podía ser de otra forma.


Algo malo estará haciendo el perro pero mira que lo dicen raro...


Y otro puente más moderno, parece al de Sevilla, si de nuevo Calatrava, tiene dos plantillas parece.


Este otro se parece más al millenium de Londres, es el Sean O'Casey Bridge, del 2005, en estos años parece tiraron bastantes puentes entre el ría para unir la ciudad, y se agradece.


The Spire del 2003, un palo de 120 metros como monumento para renovar la zona. La relación de los irlandeses con las esculturas es curiosa, donde está estaba una que la volaron con una bomba, otras las descabezan, en fin...


Liffey (Ha'Penny) Bridge de 1816 este ya es más antiguo, más situado en la zona centro.

Y un mural fotográfico de John Byrne del 2004, representando la santa cena con irlandeses que representan la multiculturalidad actual de la ciudad, cosas del arte.

Y alguna cosa más que se queda en el tintero, y otras que ya irán saliendo.