Cuando el grajo...

Cuando el grajo vuela bajo y hace un frío del carajo hay que tomar sopas de ajo...Y no tengo ni idea de si por aquí grajos hay, algún cuervo he visto alguna vez...de vuelos bajos ni idea...el frío, eso sí que lo tenemos, y lo que nos sale por los poros a los españoles es el gusto culinario por estas pequeñas delicias... Así que el viernes por la tarde, de forma inevitable cuando dos españoles se juntan, y que yo no había percibido que siempre acabamos en ello hasta que los alemanes me lo hicieron notar, estuvimos charlando de comida, siempre de comida, de esos y otros mánjares, y de como los gustos ibéricos son por lo general sencillos, en un minímalismo culinario inigualable en el mundo....que no necesitas ahogar en salsas lechosas uns deliciosas judías verdes, qeu con un rajolí de aceite ya están de sobra buenas...

Y de sopas de ajo. Y coño, pues que aquí esas cosas se aprecian en todo su esplendor. Que quieras que no cuando te cocinas para ti te cocinas lo que quieres, pero comiendo en la mensa, hay que adaptarse, y los ingredientes pues son los que son...Y como tanto hablar nunca es bueno, pues que narices, que por la noche el colega se marcó unas sopas de ajo, que ricas, ricas, y encima me invitó a disfrutarlas...Y vamos si disfrutamos de unas sopitas de ajo y un vinillo... cual buenos castellanos en épocas remotas... Y es que la cultura culinaria solo se puede mantener así...

Y cierto es que todo los países tienen sus platos selectos, y sus manjares, para transportarlos virtualmente a sus hogares... Pero no creo que ningún país sea tan claro como por allí. Vamos un español viviendo en el extranjero es invevitable que alguna loncha de jamón le caiga del pasaporte...

Y si el viernes fueron las sopitas, el sábado nos invitaron de cena de cumple de otro exiliado español... Y como no, tortilla española, quesito, jamoncito... y caldos ibéricos, cuán sencillo todo ello, a la par que delicioso...si Mahoma no va a la montaña...nos la metemos en la maleta...