Vatanescu y la liebre

Vatanescu y la liebre de Tuomas Kyrö. Otra novela humorística que viene del norte y ya saben que tengo cierta debilidad para el humor escandinavo. En este caso la historia de un inmigrante ilegal rumano en Finlandia, y como va pasando por distintos parajes y pasos en su aventura nórdica acompañado por un conejo de la suerte. Que le hace cambiar totalmente su fortuna. La novela hace claro homenaje a El año de la liebre de Arto Paasilinna, autor al que homenajear sea algo obligado en todo escritor nórdico humorístico. Por el camino van apareciendo personajes más o menos divertidos, como retrato algo irónico sobre la sociedad finlandesa actual, pero nunca pierde cierto tono de amabilidad. Entretenida comedia ligera, más como Jonasson que como Paasilinna.

Y es que, punto y aparte, parece que aunque los tiempos que corren, tras años de depresión, no estén dando para la mala leche, o no estoy cayendo en ella. Parece que en los 70-80 el humor literario gastaba más mala leche. Los limites de lo políticamente correcto se han ido estrechando. Pero creo ya estamos en un punto de inflexión, la mala leche volverá al mainstream pronto.

Aleación de ley

Aleación de ley de Brandon Sanderson, secuela de la trilogía Nacidos de la Bruma que ya habíamos leído. La premisa era curiosa, que pasa si en un mundo de fantasía heroica, de espada y brujería, se hace evolucionar la historia, magia y tecnología. Y lo plantea 300 años después, en un ambiente de Western, en una gran ciudad, con pistoleros y tal, y o que queda es una especie de novela steampunk muy regular. Si a eso añadimos una trama y unos personajes muy de estereotipos, tenemos una sencilla novela que algo entretiene pero que no va mucho más allá,  se queda en una cosa de batallas toleras, o una película de acción de cadena por cable, mejor no darle más vueltas.

Vilnius

Breve visita a Vilnius, capital de Lituania, por motivos laborales. Tan breve que solo ha dado para pasear por el centro y ver un poco de ciudad. Sensación de ciudad pequeña, muy extensa, casi 400 km cuadrados para unos 500000 habitantes. Eso da mucho espacio entre construcciones y entre núcleos. La sensación de estar visitando una ciudad del norte de Europa cualquiera, sin mucha personalidad, y eso que el centro histórico es patrimonio de la Unesco. Podría ser el este de Escandinavia, y no debe ser muy diferente de Polonia, que debe ser parecida a la Alemania del Este. En lo alemán me recordó no solo la arquitectura y urbanismo, también la comida y la cerveza. El pasado comunista esta bastante obviado y olvidado, alguna escultura, los trolebuses, y poca cosa más. El contraste es con los coches, todos modernos y se ven bastantes de gama alta, y la facilidad de tener internet gratis en cualquier local que se entre, con buena velocidad. Eso sí, Europa del norte, el cielo siempre gris, esa luz plomiza, y su lluvia, y su frío, y en Barcelona en octubre por encima de los 20 ºC.  Y esos horarios, una hora más que aquí, y otras dos más de desfase, pues nada, a cenar a las 18h.

Trolebuses, cosas del pasado, o del futuro.

 Uzupis, barrio bohemio dentro de la ciudad, que se ha declarado república independiente.

Una de las iglesias de la ciudad, no me digas de que santo.

Esta sí, esta es la catedral de St. Stanislav y St. Vladislav.

La torre de Gediminas, restos de la Vilnius medieval y símbolo de la ciudad.

El ayuntamiento, y su amplia plaza.

El interior del Bambalyne, un bar especializado en cervezas lituanas, y hay unas cuantas. Y de bares también. Muy interesante la cultura cervecera que hay por la ciudad, varios bares, brewerpubs. Algunas pudimos probar.

Non dirmi che hai paura

Non dirmi che hai paura de Giuseppe Catozzella. Bastante éxito en Italia para esta novela, que ha ganado algún premio de prestigio. Cuenta la historia de una joven somalí, aficionada al atletismo desde niña que gracias a el esfuerzo suyo y de su familia consigue llegar hasta las olimpiadas de Pekín, y como después siguiendo su carrera se ve obligada como muchos otros a realizar la travesía de África en busca de un futuro en Europa. Historia dura, como de pelo de antena 3 pero que tiene sus puntos, y sus puntos débiles. Por ejemplo una Africa muy explicada desde los ojos de un europeo.