30 mayo 2019

Pactos condales

Cómo está la cosa despueś de ganar todos las elecciones. No sabemos quien puede ser el próximo alcalde de Barcelona, y vaya follón de presiones se huelen.

A ver si me aclaro poniendo un poco la cosa por escrito.

Ahora mismo hay como dos ejes que separan los distintos bloques. Hay un eje de identidad nacional, que va desde el independentismo más radical al españolismo más nazi. En un lado tendríamos a ERC (y ya no tenemos a la CUP, ni a los pijos-liberales independentistas del Graupera), Los convergentes juntos de Catalunya y al otro lado los restos del PP, y Ciudadanos-El francés. El PSOE también juega a ser más español que nadie. Y los Comunes se mantienen en una cierta ambivalencia inestable, tirando más al status quo que al procesismo. Este eje es el que se lleva todos los titulares.

El otro eje es el tradicional eje izquierda derecha. Ahí estaría Comuns, ERC y casi PSOE a un lado, y los ciudadanos franceses, la convergencia juntada por Catalunya y los restos del PP. Eje más tradicional, y que si no fuese por el procesismo y el otro, dan una mayoría más que clara para la ciudad.

Lo que pasa es que este eje no es mediático, no interesa a los altos intereses económicos, eso de la izquierda, y está el otro eje procesista, que lleva ya años dando la turra. A parte que el eje de la realidad de hacer política que favorezca a la mayoría, clase obrera y desfavorecidos, o la que solo favorece a los ricos del 1%, el IBEx o la madre que los parió, parece que ya no tiene que ver con el eje izquierda derecha, es como un vector desplazado de ese eje, prácticamente a 90 grados.

Habría un tercer eje, relacionado con la crisis climática. Pero a ese ni se le ve ni se le espera en el debate actual de las cosas.

Así que a pactar, y claro solo se habla de procesismo. Como si las políticas que puede gestionar y que debe gestionar una ciudad fuesen sólo identitarias. Cuando en realidad es el otro eje el que tiene un peso real sobre las acciones. Pero oye, mejor para Agbar si solo se habla de lo otro, total la sede la ponemos donde nos salga de las narices. Y como si algo como un tripartito de izquierdas fuese imposible. Algo que ya ha pasado, en una generalitat gobernada por un catalán de origen andaluz. Que cosas pasaban hace unos años, antes de procesismo, referendums, hostias y juicios. Lo lógico sería intentar volver a esos consensos y normalidad. Pero lo lógico parece fantasía tal como pintan las cosas.

En barcelona se votó pensando más en independencia o en izquierda-derecha? Pues puede que las dos cosas, pero sobretodo en la cosa social. La izquierda ganó de mucho. Luego está la cosa independentista. Mi sensación es que ahora mismo hay un 20% de true belivers, independentistas de sí a cualquier precio y en cualquier circunstancia, auténticos creyentes. Luego se le suma otro 20% que es lo que se ha conseguido convertir durante estos 10 años de procesismo desaforado. Estaríamos en un 40% a favor, en contra parece que más o menos. Y hay un 20% de indecisos, no asignados, que son lo que lo pueden volcar todo. De momento están sin ir a un lado o a otro, y son por los que se pelean socialistas, comunes, y esquerra. Bien haría Esquerra si realmente quiere ampliar la base para que el porcentaje sea en un futuro algo que realmente cambie la balanza, en no cerrarse a los comunes y tratar de atraerlos a su proyecto.

O yo qué sé. ERC es capaz de hacer políticas de izquierdas y dejar de jugar al procesismo eterno? Están muy cargados con el tema de los presos políticos, se ve difícil. PEro debería dar el paso hacia ello. Aunque los true belivers les iban a poner a caldo. La propuesta de Valls conviene a los Comunes o es un caramelo envenenado? No veo yo muy factible mantener un gobierno tan en minoría, con independentistas super cruzados, y derecha tan liberal de falsos amigos bloqueando cualquier cosa progresista que se oponga al IBEX.

Ta jodida la cosa. Seguro sale algo que no convence a nadie.

17 mayo 2019

Radicalized

Radicalized de Cory Doctorow, el último libro del canadiense donde recoge cuatro relatos de ficción para poner acento a algunas de las injusticias del presente, sobretodo centrada en algunos de los problemas sociales más agudos de la sociedad norteamericana. Es decir que es un libro muy para los USA. La primera historia es Unauthorized Bread, que trata sobre los problemas de los más desfavorecidos para poder utilizar objetos como una tostadora, que deja de funcionar cuando la compañía que controla el software quiebra, consiguen hackearlas pero los problemas surgen cuando otra compañía se hace con la anterior. Un problema sobre quién es el dueño de las cosas en una época donde los derechos de autoría se utilizan de formas malignas, y uno de los temas de los que Doctorow es todo un experto.

La siguiente, Model Minority, utiliza un superheŕoe que es claramente un alter ego de Superman para tratar el racismo de la sociedad americana, y en especial la impunidad de la violencia policial, y como la resistencia debe ser social y no hay que esperar un superhéroe para afrontarla. Radicalized da título al libro y trata sobre como se autoorganizan los que han perdido todo a causa de un sistema de sanidad totalmente privatizado, para atacar a la médula del sistema mediante ataques terroristas indiscriminados. No fomenta el terrorismo, pero avisa sobre él, y sobre como si no se ponen soluciones, puede que la violencia sea vista por muchos como la única solución. Cierra el libro The Masque of the Red Death, donde un millonario construye una fortaleza para él y unos cuantos escogidos para sobrevivir al apocalipsis que se acerca, pero mientras ellos intentan sobrevivir aislados, la sociedad que sufre el colapso vuelve a organizarse. Aquí Doctorow usa un fino humor negro para darle la vuelta a las supervivencias post-apocalípticas y reírse de los planes de los multimillonarios de Silicon Valley y sus ranchos neozelandeses.

En general buenas ideas, desde un punto de vista muy activista, y que pone mucho el dedo en la llaga. Pero muy desde el punto de vista norteamericano, aquí tenemos los mismos problemas pero con otros tonos. Y por otro lado aunque las ideas son poderosas, y como crea argumentos con ellas lo lleva bien, el perfil de los personajes su interacción y cierto maniqueísmo pesan mucho en la lectura y dejan muy flojo un libro que cuenta con potentes ideas. La ficción adulta de Doctorow nunca acaba de ser redonda, o no tanto como sus ensayos o las novelas young adult. Pero siempre es interesante leer sus puntos de vista sobre temas que van a ser importantes mañana mismo.

15 mayo 2019

Si tienes un dragón


Como todo el mundo, yo también quiero decir la mía sobre el penúltimo capítulo de la última temporada de Juego de Tronos, 'Las campanas'. Donde se produce la destrucción total de Desembarco del Rey por una Daenerys enfurecida a lomos de su dragón. Desarrollo de una tragedia inevitable, teniendo en cuenta todo el bagaje del personaje y de la saga en sí. Y de la historia bélica de la humanidad.

Y es que si tienes un dragón, lo vas a usar. Y si tienes una bomba atómica también la vas a usar. Los paralelismos entre el destino de Desembarco del Rey y por ejemplo Hiroshima, o las imágenes de las víctimas de Vietnam, o las más recientes guerras de Irak y Afganistán son más que destacables. Y es que Daenerys reproduce el comportamiento bélico de la gran potencia del siglo XX, no hace más que lo que hemos visto en las noticias y en la historia, desarrolla una versión del poder bélico de los Estados Unidos. Y aún así parece que a la gente le sorprende. Un punto para los creadores de la saga, y para Martin hijo de una generación en el que la guerra no era percibida como una cosa heroica. Juego de tronos siempre ha querido retorcer los clichés del género, dándole una vuelta a la fantasía heroica. Así que ese giro en el que la épica de la batalla, y de la guerra es tirado al suelo con un mensaje que parece antibelicista, es tan previsible como sorprendente. Aunque parece que esa interpretación está pasando desapercibida.

Daenerys no está más loca que cualquier potencia militar en un conflicto bélico que hayamos visto. Tiene una superioridad armamentística manifiesta, viene de otra cultura, ha crecido y sido educada en otro continente, su gente es de allí, con la que podía empatizar. Ahora está invadiendo otro país, sus habitantes no son su gente, el enemigo es lo otro, deshumanizarlo y no tener empatía ante el enemigo, ni las gentes que lo soportan es de primero de conflicto bélico. La población civil de Desembarco no es su pueblo, es otro. Es un daño colateral más que aceptable, sobretodo cuando estás acabando con un dictador, y Cersei cuadra en el perfil. A tomar por saco todo Desembarco en pos de la justicia y la libertad, un bien mayor desde el punto de vista de quien tiene un dragón. Y sin embargo mayoritariamente el público no está comprando ese punto de vista.

Las dudas y el rechazo de las acciones de Daenerys están bien, si se crea una cultura que saque conclusiones y sirva para al menos plantearse más tonos de grises. A lo mejor se hace más difícil ir invadiendo otros países en el futuro. O no. Pero hay que felicitar a Martin y los creadores de la serie por colar ese mensaje con un punto antisistema en una serie que ya es referencia cultural. 

Que parece la serie sigue el guión maestro de Martin, aunque para llegar a ello en la serie han pillado un atajo de narices, y todo parece más atropellado, y otros aspectos de la serie son para tener otras críticas y consideraciones. Quede aquí este apunte sobre el conflicto bélico en Westeros.

07 mayo 2019

La noche fenomenal

La noche fenomenal de Javier Pérez Andújar. Una de esas novedades que en cuanto me entere que había salido ya quería  leer, y cayó para Sant Jordi (cuando no), y ha pasado por delante de todo en la pila. Y es que me gusta como escribe Pérez Andújar, uno de los pocos escritores que me es igual lo que me cuente, porque el como ya me es suficiente. En esta ocasión una historia de  universos paralelos investigados por un grupo de aficionados a los fenómenos paranormales que comparten un programa en la televisión local de Barcelona. Un argumento que es lo de menos, porque como siempre lo que hay en esta novela es amor a la cultura, de cualquier tipo, pero sobretodo cultura que pertenezca a las personas, o al pueblo. Una cultura que está disfrazada de fenómeno paranormal y que sirve para dibujar una Barcelona de la gente que lee, que escucha, y que vive para o por esa cultura. Un homenaje a la ciudad, y a muchos amigos del autor, vivos y muertos, y es que es inevitable que en esa visión barcelonesa que tiene Pérez Andújar se mezcle el humor, el juego, con la melancolía. Una melancolía que a veces pesa mucho, pero que sirve para reflejar lo que somos ante lo que eramos. La noche fenomenal quizás sea una de las novelas más fantásticas del autor, y también una de las más autobiográficas. Aunque Pérez Andújar nunca ha dejado de escribir sobre sus experiencias, pese al que le pese.