Se acaba el año, y como ya es tradición eso quiere decir que llega el momento de mi lista de lecturas de tebeos destacadas durante el 2017. De nuevo este año hemos estado alrededor de los 200 tebeos leídos, que son unos cuántos, pero que apenas llegarán como mucho a ser un 10% de lo publicado. En lo que respecta al mercado pocas variaciones a lo que viene sucediendo estos últimos años, y las sensaciones se repiten y podría copiar prácticamente la introducción de la lista del 2016. El mercado sigue muy fragmentado, con muchos nichos especializados, con sus tiradas limitadas, y hay más salud en la variedad que en la cantidad que un tebeo puede vender. Este verano el País hablaba de una edad de oro del cómic español, y probablemente no sea para tanto y todavía falta perspectiva para analizarlo. Lo que si que queda bien definido es el tebeo mainstream que se ha generado entorno al boom de la novela gráfica y la presencia de los tebeos en las librerías generalistas. A parte de eso, se publica mucha cosa y muy variada, lo que hace que el lector se tenga que centrar más en un nicho específico y hace años que muy lejos queda el lector omnívoro que podía con todas las novedades. Ante un mercado amplio en oferta y muy dividido en compradores los tebeos que se publican tienen que tener, si quieren sobrevivir, un mínimo de calidad muy alto, lo que hace que la calidad artística del mercado sea elevada, y haya muchos buenos tebeos donde escoger. Por otro lado se hace difícil seleccionar unas pocas obras que destaquen muy por encima de las demás, nos hemos acostumbrado a leer muy buenos tebeos, y a parte del hype promocional de las redes, es difícil encontrar obras maestras por unanimidad.
Este hecho se nota por ejemplo en las listas de lo mejor del año que ya han ido apareciendo, algunos títulos coinciden en muchas, pero destaca más el hecho de la diversidad de tebeos que se pueden encontrar en ellas, dependiendo de donde aparezcan y a que público estén dirigidas. Una variedad muy saludable para los tebeos si estuviese acompañada por una multiplicación del número total de lectores. Sin esos lectores añadidos veremos la sostenibilidad a la larga de todo el montaje, ya se nota mucha cautela en las editoriales.
De momento disfrutemos de los tebeos leídos, que como verán en mi caso también se ha centrado en lo que son mis gustos, y estos ya se pueden seguir las huellas de los años que he ido sacando la lista. Dos novedades de este año; cada vez más pillado en las lecturas, este año directamente hago la lista sin haber podido acabar toda la pila de lecturas, y las que se esperan en la librería. Además el mercado navideño alimenta las novedades de última hora, que ya pueden ser obras maestras, pero tienen un mal timing para entrar en listas. La otra es que alrededor de un 15% de lo leído ha ido
apareciendo en forma de reseña en
13 millones de naves.
Y el resto como cada año, lista numerada pero sin clasificación, 10 títulos de autores nacionales, ya sea para una producción interna o para importarla más tarde. Otros 10 títulos de procedencia europea, y dejamos 5 para los americanos (o del resto del mundo) y 5 para los mangas. Como siempre la lista es totalmente subjetiva (obvio), se basa en mis lecturas, y se ha leído lo que se ha podido. Naturalmente en función de mis gustos y filias.
# Nacional
Vamos con el cómic de autores de aquí, en el que siguen apareciendo muy buenos tebeos, a la que se van añadiendo nuevos autores a los ya consolidados, ya tenemos la generación pre novela gráfica, los novela gráfica y los post. Y a estos ya le pisan los talones otra nueva remesa de jóvenes autores, cuyas referencias ya son propiamente de este siglo, ya sea para romperlas o para tomarlas de base. Otra cosa es las expectativas de consolidación en el mercado.
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Pinturas de Guerra de Ángel de la Calle. Vaya relato duro, complejo e inteligente construye Ángel de la Calle ante el exilio y la supervivencia de los ideales en torno a un grupo de artistas que han tenido que escapar de las dictaduras sudamericanas. Carne de premios.
- La deuda de Martín Romero. Hacía tiempo que esperábamos un nuevo trabajo largo de Martín Romero, de nuevo en su blanco y negro, con influencias de los Hernández y de Tatsumi que lleva a su terreno para explicar la historia de una caída de un perdedor, con mucha crítica social de fondo.
- Cosmonauta de Pep Brocal. La última esperanza de la humanidad es un cosmonauta que vaga por el espacio, y en su viaje reflexiona sobre eso pequeños hechos cotidianos que le dan sentido a la vida, a los que Pep les busca una respuesta usando un fino humor.
- Disparen al humorista de Dario Adanti. Complicados tiempos estos que corren en los que hay que explicar lo que es el humor y su función y defenderlo ante los ataques que están minando la libertad de expresión. Menos mal que gente como Adanti lo explica bien clarito, el humor y su necesidad como primera defensa a través del propio humor.
- Cortázar de Jesús Marchamalo y Marc Torices. Una biografía de este escritor universal, que Marchamalo centra en aquellos hechos vitales que van a definir la obra del autor más que en seguir una cronología al uso. Torices coge este encargo y gracias a su arte lo lleva a otros niveles simbólicos.
- Febrero para galgos de Peter Jojaio. Duro y violento retrato de un adolescente viviendo en el lado más oscuro de la sociedad, un reflejo de nuestros defectos, una obra donde Jojaio experimente con distintos elementos gráficos y todos encajan en la historia que quieren contar.
- Carlitos Fax de Albert Monteys. La recuperación de este cómic para todas las edades de Albert Monteys donde tomando la fórmula clásica del tebeo de Bruguera da lecciones de humor inteligente y costumbrismo futurista. La semilla para esa otra maravilla que es ¡Universo!, donde recupera el sabor de la ciencia ficción más clásica. Y que le ha abierto la puerta americana para hacer Solid State, su trabajo más largo hasta el momento y una maravilla gráfica. Y espero no se hayan perdido esa maravilla del humor que es Funny Pages.
- La Balada del norte 2 de Alfonso Zapico. La continuación de la historia en torno a la revolución de los mineros en Asturias antes de la guerra Civil, un relato que Zapico borda con su característico estilo suelto y con mucha carga ideológica, recuperando esos trozos de historia que marcan acontecimientos y no deben caer en el olvido.
- Un millón de años de David Sánchez. Otro ejemplo del universo perturbador de Sánchez, que con su línea clara crea universos bizarros, en esta ocasión juntando una serie de historias cortas que reflexionan en torno a la paternidad y la divinidad. Y si hubiese poca dosis también está Museomaquia junto a Santiago García o como crear una historia en torno a las interpretaciones del arte usando protagonistas de distintos cuadros del Thyssen.
- Don Talarico el Castillo encantado de Jan. Si no era suficiente con poder seguir disfrutando de tres álbumes de Superlópez al año, y de la recuperación de esa delicia que es Pulgarcito, la sorpresa ha sido la recuperación de esta historieta que se daba perdida en manos de la especulación y el desprecio autoral. Pero el empeño de su autor y editor han permitido redibujar y recuperar de forma casi milagrosa esta entretenida historia de humor en la reconquista, otra de las maravillas del genio de Jan. Y en sus primeros 500 ejemplares con lámina firmada.
Pero no solo eso, claro, muchas otras cosas más, como la puesta de largo misteriosa de
Anabel Colazo en
Encuentros cercanos, o de
Estamos todas bien de
Ana Penyas, el homenaje a Bruguera en una historia llena de humor absurdo e intrigas de espías que es
el Solar de
Alfons López. Otro caramelito de
Juan Berrio en
Te quiero, la conclusión de la maravilla psicodélica de
No Option! de
Pep. El recopilatorio del inteligente humor de
Cuttlas de
Calpurnio, o el
Makinavaja imperecedero de
Ivà. O la recuperación de
Siete Vidas del influyente
Beà. Mucho tebeo bueno y muy variado hecho por aquí donde elegir.
# Europa
- Arsène Schrauwen de Olivier Schrauwen. Tomo final y edición integral de esta maravilla de amor y colonialismo que se ha convertido ya en uno de los tebeos más influyentes de este siglo. Ahí es nada.
- Philemon de Fred. Un clásico entre los clásicos, una maravilla de la imaginación, que ya nos maravilló el año pasado y que este año ha concluido en su edición integral.
- Los Cuadernos de Esther de Riad Sattouf. Lo sigue petando con su análisis de la sociedad, su visión de antropólogo con el humor que se desprende de forma natural de la observación, ya sea con sus memorias en la Siria de Assad del Árabe del Futuro, como en esta nueva serie donde relata las experiencias diarias de una niña en la Francia de hoy.
- Un Noruego en el Camino de Santiago de Jason. Muy fan siempre del minimalismo del noruego, en este caso en una obra más autobiográfica relatando su experiencia en el camino de Santiago.
- De tripas corazón de Pozla. La experiencia en primera persona del autor sobre la enfermedad de Crohn y como ha marcado su vida, con un dibujo que transmite tantas sensaciones, y consigue expresar el dolor de forma gráfica.
- Baking with Kafka de Tom Gauld. Muy fan del escocés, mucho, ya lo fuimos de Mooncop, este año traducido aquí, este año del segundo recopilatorio de sus muy ingeniosas tiras literarias, el año que viene traducidas aquí.
- El malvado zorro feroz de Benjamin Renner. Humor mucho humor para todas las edades en esta historia de un zorro con un fondo de buen corazón y problemas para alimentarse siguiendo su instinto. Una pequeña maravilla premiada en Angoulême y con adaptación animada.
- El problema de las mujeres de Jacky Fleming. Sarcasmo inteligente directo a la yugular para reivindicar el olvidado papel de las mujeres en la historia ante el menosprecio de años de machocentrismo.
- Las cien noches de Hero de Isabel Greenberg. Un dibujo muy personal para continuar construyendo las leyendas de un fantástico universo propio, dando la vuelta a los mitos occidentales, en está ocasión con una versión particular de los cuentos de mil y una noche.
- La levedad de Catherine Meurisse. El relato del trauma de los atentados de Charlie Hebdo y como superarlo a través de la búsqueda de la belleza. No tan visceral como Luz pero igualmente contundente.
Pero hay más cosas, siempre hay más cosas, como el instructivo
Valerosas de
Pénélope Bagieu, el bonito
Vincent de
Barbara Stok, el costumbrismo surrealista de
Freezer de
Veronica Carratello. el histórico
¡Maldito Allende! de
Olivier Bras y
Jorge González, el fabuloso
Hasib y las serpientes de
David B. Y
Spirou de
Tome y Janry o en su versión libre,
La mascarada de
Tehem, Makyo y
Toldac.
# Americano y el mundo
- El arte de Charlie Chan Hock Chye de Sonny Liew. Como relatar la historia de Singapur usando la vida de un dibujante de cómics con la que juega con múltiples estilos y transmite el amor por el medio.
- Crawl Space de Jesse Jacobs. O como disfrutar de las habituales filigranas gráficas del americano, esta vez en multicolor mientras nos explica una historia de universos paralelos dentro de lavadoras. Sense of wonder.
- Fire!!! de Peter Bagge. Una nueva biografía de Bagge, en esta ocasión de una mujer negra, escritora y antropologa en los Estados Unidos de los años 20. COn todo en contra buscó y triunfo en buscar su propio camino.
- Piruetas de Tillie Walden. Cantidad de talento destila con apenas 22 años, hace un tocho de 400 págs. donde relata su experiencia con el patinaje artístico a nivel profesional y su despertar sexual. Mucha madera que promete cosas muy buenas.
- Sadbøi de Berliac. Un autor argentino que vive en Europa (entre Noruega y Berlin) y que hace un manga gekiga, cómic global. Y cómic incómodo, de aquellos que no deja a nadie indiferente, o gusta o no, y creando cierta polémica en unos planteamientos sobre los límites del arte y los dilemas morales de Occidente sobre la inmigración y los refugiados.
Y alguna cosilla más como el
Blammo #9 de
Noah Van Sciver, un indie americano que recupera el sabor y formato de las revistas indies de los 90. Y poco más, si no te metes en el tema superhéroes y el mainstream, donde hay cosas interesantes pero no se puede con todo, la verdad que lo que llega de otros lares es más limitado.
# Manga
- La mujer de al lado de Yoshiharu Tsuge. Más historias de este genial autor clásico, con ese tono lúgubre y pesimista para reflejar la parte más negra de una sociedad de posguerra, con mucho de autobiográfico.
- Yotsuba! 13 de Kiyohiko Azuma. Un nuevo tomo de la niña de las trenzas verdes es siempre una alegría. Como consigue transmitir Azuma la inocencia y la alegría de vivir y descubrir siempre cosas nuevas en lo cotidiano, una delicia.
- Golden Kamuy de Satoru Noda. Una serie seinen que tiene mucho de formula shonen, con búsqueda del tesoro, personajes yuxtapuestos, malos muy malos. Pero con un retrato de los Ainu del norte que atrapa.
- Parasyte de Hitoshi Iwaaki. Un clásico muy noventero, con un dibujo claro y muy funcional, pero con una historia de invasión alienígena que atrapa y unas escenas de lucha desgarradas.
- Kitaro de Shigeru Mizuki. Y otro clásico entre los clásicos, las historias de fantasmas de Mizuki, recuperando e reinterpretando el folklore japonés para crear unas historias de terror para todos los públicos.
Y al contrario que con lo americano, con el manga si que hay muchas cosas, muchas más como las postales de
Venezia de
Jiro Taniguchi. El final de
Billy Bat de
Naoki Urasawa, mejor cerrado de lo que esperábamos tras lo enrevesado de la trama. También el final de
I am hero de
Kengo Hanazawa, excelente historia de zombies. Y muchas más cosas que no he podido leer, no me da la vida para todo.
Y con esto se resume mi año de lecturas tebeíles. Un 2017 que ha dado bastante de sí. El año que viene seguiremos leyendo dentro de nuestras posibilidades, y seguro caen buenas lecturas, algunas ya anunciadas.