20 diciembre 2017

Akira, 35 años

1982. Diciembre de 1982. Por aquí se daba más o menos por acabada la transición tras plocamarse presidente del gobierno Felipe González, la gente bailaba el Tainted Love de Soft Cell, todavía resonaba la victoria de Italia en el Mundial de España pero la gente prefiere recordar el juego desarrollado por Brasil, y olvidar el papel de la selección nacional de Santamaría. Las calles estaban llenas de Seat 127, Talbot Horizon pero el que lo petaba era el nuevo Renault 9. Se había estrenado Blade Runner, faltaba todavía unos meses para que Bruce Bethke usase la palabra Cyberpunk para titular un relato, y dos años para que William Gibson publicase Neuromante. 1982. Yo andaba feliz con mi camiseta de Naranjito, quizás los primeros Mortadelos caían en mis manos de proto-lector, y muy lejos me quedaban la segunda edición del Salón del Cómic de Barcelona o toda la eclosión del cómic adulto y las revistas de aquella época, aquellos Víboras post intento de golpe y tal, las batallitas entre linea clara y linea sucia. 1982. Los ochenta.

Y mientras tanto, en el otro lado del mundo, el 20 de diciembre de 1982 aparecía en la Young Magazine de Kodansha una portada con un adolescente enfadado. Y dentro 26 páginas del primer capítulo de Akira, de Katsuhiro Otomo. Y entonces cambió todo. Prácticamente de forma continuada y con un éxito importante fue apareciendo el manga serializado en esa revista hasta su pausa en 1987. Pausa para hacer la adaptación al anime de 1988 aún sin tener el final perfilado para el manga. Un hito de la animación. Y en junio de 1990 daría por finalizado el manga, tras 8 años de publicación y 17 años de mankaka profesional de Otomo.

El manga y luego el anime rompieron muchas barreras, y fueron el punto de inflexión de la llegada de los tebeos japoneses a Occidente. En el salón del Cómic de 1990, todavía se celebraba en las Drassanes, yo ya era un lector de cómics aficionado, y esa una cita ineludible, y allí en el stand de Ediciones B vi seis números de un cómic que me llamó la atención de forma especial, seis números de golpe era poco viable para mi joven economía, así que lo que más que me pude llevar fue el folleto de suscripción. Y el único cómic al que he estado suscrito durante un año, no más porque correos tardaba en entregar los números y verlos en los kioscos me comía las ansias.  Y llego justo con la edad que tenía que llegar, y me voló la cabeza para siempre. Le voló la cabeza a toda una generación. Y rompió la barrera cultural que tenía Japón con el resto del mundo, luego llegarían cosas como Dragon Ball que harían la autopista. Pero antes ya estaba Akira abriendo el paso.

Desde entonces la obra de Katsuhiro Otomo se ha convertido en una de las obras más influyentes en la cultura popular en Oriente y en Occidente. Tanto el manga como el anime significaron la punta de lanza de la invasión de la cultura popular en Occidente, siendo declarada como una clara influencia desde entonces por muchos autores de cómic, música, cine… No deja de haber referencias por doquier, cuantos autores declaran su influencia. Y nunca deja de haber rumores sobre su película con actores. Y nuevas ediciones y rendiciones, la última anunciada la nueva de Norma en sentido oriental de lectura y blanco y negro, y se nos vuelve a hacer la boca agua a pesar de que ya tenemos en casa tres ediciones diferentes. Y es que es un tebeo que no me canso de leer y releer nunca, y que cada cierto tiempo me surge la imperiosa necesidad de repasar, tan lleno de cosas como está. Y sin embargo algo me falta, todavía no hay esa obra de ensayo de referencia sobre un cómic tan importante como este, algo a lo que habría que poner remedio. Un tebeo que fue cyberpunk antes del cyberpunk, que mantiene su frescura a pesar de tener ya 35 años, y sus diseños y su narración todo sigue pareciendo moderno.

Una obra magna, clave para entender la evolución no solo del medio sino de la cultura en general. Y que todavía no cuenta con un buen ensayo que la analice con perspectiva. Una lástima. Pero seguiremos leyéndola y disfrutándola como la primera vez, tantos años y sigue grabada en nuestra cabeza.


1 comentario:

Anna dijo...

I jo que encara tinc pendent llegir-lo.... #ShameOnMe