El Caput, y las otras dos son las figuras originales del reloj de ayuntamiento de Jena.
Y este es el Draco, una extraña figura del siglo XVI, algo de estudiantes. Estas dos cosas forman parte de las siete maravillas de Jena, o die Sieben Wunder von Jena. Siete cosas clásicas que son únicas o algo así, las otras son: el Ara, un pasillo por detrás de la iglesia, el Mons, que es el Jenzig, un monte de por aquí al lado, el Pons, que es el puente de Carmsdorfer, la Vulpecula Turris, que es la Fuchsturm, la Weigeliana Domus, o casa de Weigelsche, que no se si sigue en pie o no cerca de la iglesia...
Estas cosillas, o la figura original de San Miguel, se pueden ver en el museo de la ciudad de Jena. Una visita retrasada, pero el sábado solventada, ya que además aprovechamos para ver una exposición de cuadros de la colección del museo Petit Palais de Ginebra. Una colección de pintores franceses, Von Manet bis Renoir la titulan, con cuadros impresionistas, puntillistas, e incluso algún Picasso. Una interesante colección de pinturas que valía la pena ver. Más si se acompaña con las otras curiosidades de Jena, y otra temporal sobre la arquitectura de las casas de madera de la ciudad. Aunque la entrada es algo cara, vale la pena.
3 comentarios:
Aunque la entrada es algo cara
A que si lo comparo con los precios suizos me parece barata...
Una visita retrasada, ..
No és per res...però gairebé "in extremis"...
I el Draco no fa gaire cara de simpàtic...no...
¿Caro? ¿Pero no habíamos quedado en que el arte no tiene precio?
Publicar un comentario