Con la barriguita llena acabamos el paseo asta la playa, recorremos el paseo a la orilla de la arena disfrutando de la brisa, y viendo el espectaculo preverano, los guiris ya empiezan a abundar, se ven los primeros topless, hay exhibicionistas del bíceps mostrando su poderío atlético junto con viejecitos que utilizan las máquinas de gimnasia de diseño que ha puesto el ayuntamiento, guiris con patinetes, voleibol de playa con las redes bajas, niños disfrutando de la arena, padres mordiéndose los labios para no llamarles a orden, y dos bancos de esos de diseño que son como tumbonas de hormigón, donde se puede sentar uno al sol un rato, y sin darse cuenta darse a una breve siesta.
Y luego, continuar con el paseo playero, desde la Nova Icária hasta el extremo de la de San Sebastián, sin llegar al horror del hotel vela, nos desviamos por el paseo Borbó para encararnos al centro, parada técnica para un granizado de limón.
Y por el camino nos damos con el Vaso de Oro, y como ya es la hora de la merienda, difícil no caer en la tentación de probar la cerveza casera del local. Local de tapeo por excelencia, estrechito, pero con buena cerveza.
Pero seguimos el paseo, nos adentramos en el Born, y entramos en Santa María del Mar que siempre da gusto verla por dentro, y al salir, la grabación de un lipdub con els diables de Sants y remeros con los uniformes de la selección catalana y vasca, que cosas. Seguimos esquivando guiris, que han aumentado en número según te acercas al centro, rodeas la catedral por detrás, buscando la tranquilidad, pasas por la plaza del Rei, pero tarde para las expos, y esquivas las manifestaciones independentistas, vamos a ver la nueva tienda de novela gráfica de la ciudad, Pictografics, en Bertrellans 5, un callejón lateral a la calle Canuda, sufriendo conseguimos salir sin compra, reservándonos para el salón. Y ya se acaba la tarde y nos encontramos en paseo de Gràcia.
Subimos por el paseo, mirando las tiendas, que van aumentando en exclusividad según te acercas a la Diagonal, y vemos como preparan el espectáculo de la inauguración de la nueva tienda de Santa Eulalia, trajes baratos baratos. Parece harán espectáculo en la fachada y habrá famosetes. Pero no es nuestro destino ni interés. Así que seguimos hasta Gràcia en busca de una terracita en alguna de las plazitas. Pasamos por una, imposible encontrar hueco, vamos hasta la siguiente, la del Sol, hay perroflautas con sus latas sentados por el suelo, y los niños haciendo partido, y por suerte y sincronía al poco se nos libera una mesa, que tenemos que disputar a unas guiris, el ser local es una ventaja en este caso.
Una cervecita, unas olivitas y unas bravas, y ver caer la noche desde la plaza del Sol, eso azules del cielo son impagables y contrastan de miedo con el amarillo del sodio de las lámparas. Y mientras a decidir donde se cena, cosa no es sencilla, por que aunque las opciones son múltiples las restricciones y el desconocimiento son handicups.
El ganador la tortilleria Flash Flash cerca de la vía Agusta, por que sabemos que hacen tortillas que tienen buena pinta. Al llegar paseando identificamos el local, con un ah, es este, uno de esos que salen en la tele, que lo visitan famosillos y gente de bien. Un local con camareros de blanco y corbata negra, muy chic muy serio, muy blanco, apto para gentes de bien que no bajen de la diagonal, y se atrevan a llegar hasta la frontera. A pesar de las bambas de alguno nos dejaron entrar, y probar alguna de las famosas tortillas. Con espárragos y pan, con butifarra blanca o con jamón del país, decentes, tamaño apropiado aunque a gustos, para mi poco hecha demasiada lágrima, pero eso es a gustos. La ensalada de germinados curiosa, y los postres ricos, leche frita correcta y espectacular la torrija. La cerveza Krombacher de barril.
Y decidimos abandonar esa zona y bajar de la diagonal, a pasear por el Eixample, descendiendo por Balmes llegamos hasta la Abadía, cerveza de importación de barril y de fondo el final del Barça Villareal, victoria por la mínima y cansancio acumulado en las piernas. Acabamos el descenso por el Eixample regresando a Plaza Catalunya para tomar el transporte a casa. Mientrás esquivamos los que nos dan flyers de discos de house comercial que no pisaremos, y fumadores a las puertas de los bares, una nueva raza urbana surgida este año, y esos locales en las que a la entrada solo hay chicas, o solo hay chicos. La fauna urbana ha cambiado totalmente por las zonas y por las horas, las paradas de los buses están pobladas por gente totalmente diferente de las que había unas horas.
Y cogemos el metro de regreso, suficiente paseo para un día soleado de primavera. No ha estado mal la caminata.
4 comentarios:
Flash flash: a gustos si.. porque para mi estaba cuajada lo suficiente.. perfect!
y mis zapatillas, que hago recordar que son las de gala, no eran para tanto.. peor era el reloj y tatuaje de alguno que yo me sé.. eh Cali? Paji? Mali?... ¿Rali?
Bona passejada, si senyor
Nada como los paseos primaverales... son bonicos bonicos.
Y esperamos algun dia tomar la tortilla mas mejor de Barcelona
Flash flash....una de les “seus” de la gauche divine...Fa segles que hi vaig anar. Recordo uns sofàs blancs d’escai amb molta solera... Però jo és que a aquella banda de la Diagonal, pitjor que un pop en un garatge (i no, que ningú ara s’il•lumini i intenti explicar cap acudit de pops...Ni de conya...)
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