Victus

Victus de Albert Sánchez Piñol es un best-seller histórico, con todo lo que ello implica. Esta más que entretenido, la historia atrapa, los personajes son resultones, se lee fácil y la historia está muy bien buscada. Pero es que Albert Sánchez Piñol es un tipo muy listo y ha sabido hacer justo lo que quería un best-seller de novela histórica, usando todos los recursos del género, nada muy innovador, pero todo muy bien usado para que resulte, y funcione como un reloj. Crea un personaje cínico que cree la suficiente simpatía con el lector y que parezca ecuánime y equidistante con la historia. Todo muy bien montado, para que lo que me parece la intención del autor también funcione, y es la intención política clara del libro. No podría ser de otra forma, un libro que intenta dar una nueva visión sobre la caída de Barcelona en 1714, una relectura que muy bien documentada, presenta unos hechos que muchos conocemos sin mucho detalle, y que forman parte de la mitología identitaria de Catalunya.  Pero no hay que olvidar que es una novela histórica presenta unos hechos que pueden ser tan distantes de la realidad como los de una novela de ciencia ficción. Es imposible recrear con total fidelidad que es lo que pasaba en cualquier momento pasado si no se ha vivido, se pueden hacer aproximaciones, pero cuanto más remoto más inexacto, ya solo el uso del lenguaje es diferente, las costumbre, etc. Se puede recrear, aproximar, suponer, ponerse en la piel, pero nada será igual, próximo quizás, pero ficticio. Sánchez lo sabe, y lo usa, es claro el reflejo de la actualidad en el mensaje de fondo que da en el libro, y es muy directo. Directo, no te fíes de las clases dirigentes de este país, y la naturaleza de las relaciones entre Castilla y Catalunya. Por otro lado tengo la sensación que en la novela se refleja más el carácter barcelonés que el catalán en general. Que tiene ganas de poner muchos puntos sobre las íes, y que el libro tiene moraleja. Y precisamente es algo que justo ahora mismo muchos es precisamente lo que quieren escuchar. Un diez para Albert Sánchez Piñol, ha captado el momento totalmente, y ha creado una buena obra, superventas en Catalunya, se venderá bien en el extranjero, aunque tengo curiosidad por ver como se acoge y funciona en Castilla.