32 Salón del Cómic

 El tanque.

 La novedad de este año, espacio, mucho espacio.

 Chummy Chumez y la guerra, uno de los más de 500 originales de la mega exposición.

Otro clásico, filas de autores firmando a filas de lectores.

La semana pasada fue el Salón del Cómic de Barcelona, y ya parece que haya pasado mucho tiempo, y se están ya a otras cosas. Pero bueno este año de nuevo repetimos como tantos otros. Y esta vez no solo el sábado sino que también el domingo. La mayor novedad del salón de este año ha sido, sin lugar a duda, el espacio. Han ampliado el espacio en los pabellones, y ahora espacio sobra, para estar tranquilo y no agobiarse, de sobras. Sobretodo en el segundo pabellón centrado prácticamente en la exposición especial del salón. En otros sitios es igual, siempre se aglomera gente como en los stands de Norma o ECC.

Las exposiciones, la grande este año estaba dedicada a la guerra, y era grande, tan grande que prácticamente disponía de un pabellón para ella sola, y eso hacía que quizás luciese menos de lo que verdad contenía. Más de 500 originales, con una visión muy amplia de los distintos conflictos, y para ambientarlo vehículos reales, y escenificaciones.  Tanque incluido. La verdad que el material era muy bueno, es una lástima que estas exposiciones solo duren 4 días, podría haber estado en el CCCB, por ejemplo, más tiempo, y no haber desentonado para nada. Pero el modelo del saló es el que es. El resto de exposiciones lo que viene siendo la tónica de los últimos años, ya en el pabellón de los stands, bien centradas las dedicadas a las grandes casas americanas, este año una para el 75 aniversario de Batman y otra para el 40 aniversario de Lobezno. Luego por las esquinas el resto, que a veces si las buscas no las encuentras más vale tropezarse con ellas. Las de los ganadores del año anterior siempre son interesantes, pero se hacen pequeñitas si uno recuerda como eran en los 90 o dos miles. Luego había una con originales de obras autobiográficas, otras con obras de autores mallorquines. Y en una esquina algo perdida la del fanzine ganador, el Adobo.

Los fanzines, son la especie en extinción en el salón de Ficomic, cada vez menos presencia, no solo por el cambio de época y el hecho que internet haya cambiado la escena. Fanzines sigue habiendo, pero cada vez ni el salón se interesa por ellos ni ellos están interesados en el saló, que ha tomado un rumbo claro. Este año la presencia de fanzines ya era simplemente testimonial, después que algunos añejos hubiesen anunciado su renuncia a asistir. Por otro lado se ha hecho una curiosa carpa para que los autores pongan en venta su arte de forma directa. Interesante en lo que puede ser años próximos. Y luego están los stands de siempre, la isla de las librerías, que cada vez es más isla, a muchas librerías no les sale a cuenta competir directamente con las editoriales, otras hacen alianzas y sinergías. Editoriales que han dejado de existir, otras que van reduciendo su espacio, las que han resistido cogen más poder, y ahí Norma y ECC marcaban territorio, ECC incluso hacía su propio salón dentro del Salón. Nuevas se presentaban como Salamandra y alguna otras no se plantean aparecer por el salón.

Uno se lo pasa bien en el salón, ve originales, consigue dedicatorias, habla con autores y editores, pasea, se como un bocadillo que no vale su precio, charla con los amigos, frikea, ve la gente disfrazada. Un poco lo de siempre, y ya son más de 30 ediciones. Su modelo es el que es, les funciona, y ahí se van a quedar. Porque la visión de la organización se ha quedado en unos esquemas de funcionamiento claros y con una filosofía de si funciona no lo toques. Pero si hoy yo tuviese que hacer un festival de cómic desde cero desde luego no seguiría el esquema de Ficomic para nada, por muchos cien mil visitantes que se consigan. Si alguien me lee que piense en exposiciones más largas en centros adecuados, eventos y charlas más lúdicas menos concentradas, y la feria centrada el fin de semana de la inauguración. Alguien toma nota?

De momento tenemos lo que tenemos, un Salón del Comic con una estructura que es la que es, y que pese a todo seguimos disfrutando.

Eso sí, si no fuese por las alternativas nos quedaríamos con ganas de más, de otras cosas, y por eso el sábado por la tarde nos fuimos al GRAF...