Cada cierto tiempo la tentación se hace irresistible, la nostalgia se apodera de uno, y siente la necesidad de regresar al Sónar, el festival de música electrónica al que tanto hemos acudido. Así que otro año vamos a pasar un sábado por la tarde en una de esas sesiones de día, para escuchar música guiados por el instinto, y las ganas de hedonismo veraniego, dejando que el festival te sorprenda con artistas de los que poco hemos oído hablar. Este año con fechas más tardías de lo que es habitual. Y allí nos plantamos sorteando las obras del metro, y sin desentonar con el público ya clásico de este festival. Y es que ya hay artistas que no habían nacido cuando nosotros ya íbamos a bailar al Sónar. Ley de vida. Vamos con la lista de los que vimos este año, a modo de recuerdo.
La Diabla. Un DJ canario que ya estaba en sesión cuando entramos tras los tramites de la pulsera, poner dinero en la pulsera, etc. Una sesión a base de reggeatón caliente, que hace sonar al genero de otra forma.
Vōx. Pero enseguida nos fuimos a ver a esta americana que con bases electrónicas nos dio una sesión de canción de media hora, cantando canciones donde juega con la voz y efectos sobre ella, y la enlaza con la tradición de cantantes de jazz pasando por el pop de Madonna hasta que llegamos a estas cosas. Curioso
FKJ. El francés French Kiwi Juice, un francés multi-instrumentista que a base de soul y funk, y tocando guitarras, bajos, saxo y teclados junto a sampleos en vivo nos dejo buenas sensaciones clásicas de música de baile, con bases juguetonas.
Yakamoto Kotzuga. Alias del joven veneciano Giacomo Mazzucato, bases techno abstractas con aires melancólicos y referencias a las bandas sonoras de terror de las pelis italianas de los 70. Así sonaba.
Lyzza. Una Dj brasileña afincada en Amsterdam, que hizo una sesión canónica de hard techno, con mucho bombo, y colando algún tema de guitarreo ultra coocido para levantar al público.
Bad Gyal. La estrella de la tarde, de lo que más lo peta ahora entre la juventud, twerking, dancehall pasando por el filtro del trap y el reggeaton, mucha pose e impostura de está catalana, hija de Eduard Farelo. No es para nosotros, más clásicos, e ideológicamente desplazados por el planteamiento.
Actress + Young Paint Live AI/AV. Más interesante el proyecto del inglés Darren Cunningham, generando techno abstracto con bases potentes bañadas con texturas abstractas y errores digitales, acompañado por unas proyecciones de vídeo generadas con inteligencia artificial. Y al final bailable y todo.
Branko. Mientras comíamos un bocadillo para coger fuerza de fondo teníamos la sesión del portugues Branko, techno con bases ritmicoas globales como el kuduro.
Red Axes. Un duo de Israel, que en directo y con un soporte tocando la batería dío una sesión de house de bajos gruesos y muy lúdica, el sonarVillage lleno, peor le faltaba algo a su propuesta.
Max Cooper. Lo mejorcito del día, el techno luminoso y alegre de este irlandes, con melodías de piano minimalista, y bases de techno muy bailables, con unos videos muy bonitos.
Theo Parrish. Y acabamos con un rato de la sesión del veterano Theo Parrish, capaz de mezclar funk, pianos jazz, y potentes bombos de house, con los que echarnos unos bailes finales.
Erol Alkan. A la salida dejamos la sesión techno de bombo y bajos para petar el Village de este turco, mientras nos fuimos a devolver el vaso, con la cola que tocaba de este sistema más capitalista que ecológico. Y de vuelta a casa, cansados, pero musicalmente recargados. Para otra temporada, cuando el gusanillo nos vuelva a morder.
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