Supercómic. Mutaciones de la novela gráfica contemporánea es un libro que recoge diferentes ensayos tebeísticos de cuya edición ha ido a cargo de Santiago García. No esta mal de vez en cuando leer sobre tebeos además de leer tebeos. Y la selección de autores es lo bastante entretenida para hacerlo interesante. Siendo el editor Santiago García, ya se sabe un poco cual va a ser la orientación general, y la selección de autores, sobretodo cuando se trata del primer libro del género de la editorial, los autores seleccionados están para asegurar el tiro, optando por los sospechosos habituales. Hay una concordancia generacional más o menos entre ellos, y por tanto una visión básica común en cuanto a los tebeos, la aproximación a la novela gráfica como movimiento actual en el medio, pero también con mucho peso al cómic norteamericano de superhéroes de siempre. Quizás me ha gustado más la primera parte del libro que la segunda, y de la mayoría de autores ya había leído cosas, ya sea en otros libros ya sea por seguir sus blogs. Y como muchas veces en esto del ensayo cultural, análisis de obras y tal, la cuestión está en buscar una correlación entre dos temas, y de forma más o menos ingeniosa justificar la causalidad o no que haya en esa correlación.
El primer ensayo del libro es un repaso de Eddie Campbell a los tebeos autobiográficos que ha ido leyendo, y como ha ido evolucionando el tema. El segundo Ana Merino relata su relación y admiración por la obra de los hermanos Hernández, David M. Ball habla sobre la obra de Chris Ware y como su enfoque del fracaso y la modestia intenta acercar el comic a la literatura. Raúl MInchinela habla del tiempo, una de las peculiaridades de los cómics en frente de otros medios, y se centra en como el tiempo en los cómics y su habilidad para poder mezclar universos es única. Su compañero Daniel Ausente opta por hablar también del tiempo, pero centrado en la memoria, como los tebeos son capaces de captar el momento o recordarlo. Max y Mireia Pérez crean a 4 manos una historieta para reflexionar sobre la creación de los tebeos intergenarional, y les queda muy bonita. Eloy Fernández Porta, habla de Miguel Ángel Martín, del ciberpunk de Castilla-León, y lo liga todo. Jordi Costa le ha gustado Shintaro Kago, y lo enlaza con el cine italiano de Dario Argento. Oscar Palmer hace un buen repaso a las nuevas formas del género negro en el cómic norteamericano, más o menos mainstream. Pepo Pérez, como no, habla de Frank Miller, y también del resto de cómics de superhéroes y como representaban las ideas políticas de la época. Y Fernando Castro Florez no tengo muy claro de que habla, pero lo hace entorno a Watchmen, que será que no ha dado para hablar ya, y lo hace con un ensayo con 151 notas al pie que casi ocupan más que el texto (o sin casi). Y acaba el tomo Alberto García Marcos con una entrevista a Emmanuel Guibert, que se hace corta por interesante y con más espacio seguro se le sacaba mucho más.
En general interesante, supongo sobretodo para lectores habituales de tebeos, más que quizás para el lector ocasional que quiera profundizar un poco, al que parece esta orientado el libro, buscando abrir espacios y nichos de lectura. Esperemos que lo consigan, no estaría poder contar con un libro anual de ensayos sobre tebeos, si es en un libro tan bonito y editado con cuidado como este mejor. Una especie de Comics Journal de aquí. A ver si hay continuidad, y variedad en los ensayistas, a mí se me ocurren unos cuantos nombres para otro volumen, y es que aunque el mundillo sea pequeño, y quizás se pueda utilizar el número de Mandorla para estudiar los grados de separación de lo que seria la novela gráfica española (como un número de Bacon), hay suficiente variedad ahí fuera para dar visiones entretenidas sobre tebeos. Luego ya sería cosa de filias y fobias.
2 comentarios:
Interessant.
Segurament necessari.
Però em temo que no entrarà a la pila.
Cal ser realista...
Yo no se que voy a hacer... con Miercoles ya he tenido mi dosis de belleza estética...
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