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Vampir no le van las discos modernas, los góticos fashion, ni la cerveza por litros. Una lástima, pero es que él es todo un romántico. Y si tiene que pillar una jarra para ir a por su objetivo amoroso, aunque sea lleno de melancolía, un feo a la cerveza no le hace. Y cualquier excusa es buena siempre para poner un tebeo del genial
Joann Sfar. Indispensable.
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