Al día siguiente a pasear por el mercado de Jena, más pequeñito, pero punto de encuentro con los colegas que hay por allí, y con la Jenaer bier, la cerveza local que es toda una delicia...
Y recordar lo que viene a ser Alemania, primera horas de la tarde, ya no hay luz natural, que sol no se ha visto, y la temperatura bajita. No para los alemanes claro, que se quejan de estos inviernos tan cálidos. Pero viniendo del relativo solecito de Barcelona, de no tener ni que coger la chaqueta al mediodía, de cielos azules... Pues el contraste con el gris de allí se nota, pero se compensa con esas cervezas, con algún bratwurst, y con la agradable compañía.
Y otro día, pues se va uno de excursión a Leipzig, que no por haber estado allí varias veces, uno no deja de encontrar siempre algún detalle nuevo, como este viejo rotúlo de la vieja DDR, Mehr lessen wissen können, me encanta este típo de porpaganda y obsolescencia combinada.
Y como no, también a pasear por el mercado de la ciudad, y comernos un bratwurst de medio metro y 200 gramos de carne de cerdo. Y comer dulces húngaros. Y tomarnos unas cervezas de esas que solo se hacen en un restaurante de la ciudad, o cenar un snitzel gigante, en el snitzel culture. Así se entretiene cualquiera...
Y poco más dan a penas tres días, un madrugón de narices para el vuelo de vuelta, Leipzig Düsseldorf Barcelona, esta vez sin retrasos.
5 comentarios:
Mercados de navidad centroeuropeos... eso se echa de menos por aquí
Qué bien se lo ha pasao...
¡so ladrón! ;)
welcome back !
Tiran las alemanias, eh? Va bien cambiar de aires de vez en cuando.
la bella Erfurt..
bonita..
y mejor avion.. que le estuvieron esperando y es un detalle.
Es loq ue teinen los viajes de tres dias.. habrian de ser de 4 o de 5
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